Por Alfredo Silletta. El sábado a la noche explotaron los celulares del presidente Macri, su jefe de Gabinete Marcos Peña y el cordobés Mario Negri. No lo podían creer, dos horas antes del cierre de listas en Córdoba, la lista del kirchnerismo que llevaba como candidato a gobernador a Pablo Carro, anunció que no participaría para trabajar en la unidad del peronismo que permita derrocar a Macri en las elecciones de octubre. La jugada maestra, con todo el dolor de la militancia cordobesa, fue de la ex presidenta Cristina Kirchner que está decidida a seguir trabajando la unidad de la oposición en todo el país.
La jugada de Cristina le permite ganar cómodamente la reelección a Juan Schiaretti sumado a que Cambiemos se presenta con dos candidatos luego que Marcos Peña no permitiera elecciones internas en Córdoba. Por un lado, Ramón Mestre con la lista de la UCR y Mario Negri con el PRO y algunos radicales.
Negri salió con los tapones de punta al afirmar que “el kirchnerismo de Cba decidió no participar de la elección del 12 de mayo a horas del cierre de listas. Es más que evidente que se trata de un acuerdo electoral con el PJ de Córdoba para beneficiar a Schiaretti. La prueba irrefutable del pacto que denunciamos y siempre negaron.”
Por su parte, Carro expresó que “fue una definición difícil, ya que hubiéramos preferido expresar nuestra propuesta al amplio espacio de oposición” y destacó que “el objetivo es que este 2019 sea el último año que el macrismo gobierne nuestros destinos”.
Pese a la presión mediática y judicial, la ex presidenta viene trabajando desde hace meses en lograr la unidad en cada provincia para derrocar al macrismo. Desde hace tiempo logró acuerdos en la provincia de Buenos Aires, Río Negro, Neuquén, La Pampa, San Juan, Catamarca, Tucumán, La Rioja, Santa Fe, Santa Cruz, Formosa, Tierra del Fuego, Entre Ríos, Chaco, San Luis y Mendoza. Falta acordar en un puñado de provincias.
Ademas de concertar en las provincias, desde hace un año, la ex presidenta volvió a dialogar con Alberto Fernández, Felipe Solá, Hugo Moyano, Juan Grabois, Emilio Pérsico, Victoria Donda y Eduardo Duhalde. “Hay que ser amplio y generoso para conformar un gran frente opositor”, dice la ex presidenta a sus invitados en el Instituto Patria.
Como si fuera poco viene conversando con grandes empresarios -los mismos que la cuestionaron y apoyaron a Macri-. Esos empresarios observan que en tres años le fue cada día peor, con un mercado interno cada día más pequeño que ha llevado a la quiebra a muchas empresas históricas y los aprietes de Comodoro Py. Empresarios que son extorsionados por jueces y fiscales bajo la amenaza de ir presos sin ninguna razón legal.
Esta jugada de Córdoba, deja al desnudo la operación del poder económico y los medios hegemónicos de “levantar” la candidatura de Roberto Lavagna. Un candidato que solo atina a decir que él no negocia con nadie, que no participará de ninguna PASO y que todos lo deben elegir para conducir los destinos del país. Y, como si fuera poco, ni Sergio Massa ni Juan Manuel Urtubey están decididos a bajarse de las internas, más allá que ninguno, incluido Lavagna, logra perforar el piso de los 10 puntos, contra una Cristina Kirchner que ya está en 35% y un Macri, que pese a caer mes tras mes, se mantiene en un 27%.
Más allá del trabajo por la unidad de la ex presidenta, nadie sabe con exactitud si jugará o no su candidatura presidencial. En caso que no se presentara habría PASO entre Agustín Rossi, Daniel Scioli y Felipe Solá. Axel Kicillof sería con seguridad el candidato a gobernador por la provincia de Buenos Aires.
Anoche, Alberto Fernández tuiteo que “muchas veces me preguntan cuánta voluntad de abrir las puertas de su espacio demuestra Cristina. Los que dudan solo vean lo que ha hecho en Córdoba. Los que realmente queremos ofrecer una alternativa a Mauricio Macri debemos actuar postergando enojos o intereses personales”… “Los que no facilitan la unidad trabajan solo para favorecer la estrategia de Mauricio Macri”.