La gobernadora María Eugenia Vidal y el jefe de Gabinete, Federico Salvai, reavivaron la vieja interna con el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y definieron no habilitarle lugares en las listas de diputados y senadores a la Legislatura bonaerense, y le pidieron que se conforme con dos lugares en la nómina nacional.
Monzó tiene hoy tres senadores provinciales, su hermano Gabriel Monzó, Marcelo Pacífico y Eduardo Schiavo, y dos diputados, Marcelo Daletto y Oscar Sánchez, y pugnaba por la releección de al menos tres o cuatro de ellos. Pero ayer por la tarde la mesa chica vidalista definió que no habrá lugar para los hombres de Monzó en el armado seccional y que, por ende, en diciembre dejarán la Legislatura.
Sí hubo oferta, en cambio, a nivel nacional e incluye tanto al secretario del Ministerio del Interior, Sebastián García De Luca, como a la actual diputada Silvia Lospennato, quienes estarían en los primeros lugares de la lista de diputados nacionales por la Provincia.
La movida cayó como una bomba entre propios y extraños, ya que Monzó había recompuesto su relación con Vidal hace un tiempo. La pelea entre ambos viene de cuando la mandataria era vicejefa de Gobierno porteño e inició la campaña por la Gobernación, en 2015. Al llegar al poder, contra todos los pronósticos -incluidos los de Monzó- Vidal no le dio ni un lugar en el gabinete al armador provincial de Mauricio Macri y se negó a escucharlo cada vez que le aconsejó sumar peronistas a su gobierno. Ahora, aunque la excusa sea que no hay lugar para todos en las listas seccionales, la movida suena a venganza de la gobernadora.