El Gobierno rechaza la posibilidad de que se siga postergando el debate sobre la reforma laboral, porque considera que esa es una cuestión prioritaria. Por eso mismo, insistirá en impulsar el tratamiento del proyecto para después de las elecciones de octubre. Pero, claro, eso dependerá de la suerte que correrá en las urnas la alianza oficialista.
De todas maneras, la administración macrista ya empezó su campaña en esa dirección, en el ámbito que más le interesa a la hora de señalar el rumbo a seguir: ante inversores en la ciudad de Nueva York. Fue durante una reunión organizada por el grupo Goldman Sachs, donde el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el vicepresidente del Banco Central, Gustavo Cañonero, les prometieron a los inversores que será el tiempo de las reformas.
En ese contexto, los enviados del Gobierno no sólo dieron un panorama muy optimista sobre la situación económica, sino que casi garantizaron que Mauricio Macri logrará la reelección, lo que permitirá, ya con las manos más libres, avanzar con la reforma laboral, gracias al apoyo de Miguel Ángel Pichetto y otros peronistas.
Dujovne incluso hizo una proyección de las medidas del Gobierno para un hipotético segundo mandato, en las que prometió que ahora sí avanzarán con las reformas, asegurando que el oficialismo está en una “posición muy sólida para ganar las elecciones”, porque mantuvo la alianza con los radicales y sumó a Pichetto, lo que les permitirá “aumentar la gobernabilidad en un futuro gobierno”.
Y aseguró que el Gobierno tendrá mayor capacidad de implementar las reformas, porque deberían tener mayoría con Pichetto y parte del peronismo. Y les recordó a los hombres de finanzas neoyorquinos que en 2017, con minoría en el Congreso, el oficialismo logró imponer “pequeñas” reformas en lo laboral, previsional e impositivo.
Meses atrás, el ministro de la Producción, Dante Sica, elaboró un borrador en el que propone una condonación de deudas por incumplimiento de la normativa laboral (blanqueo), la reducción de las indemnizaciones por despido, la eliminación de las multas que castigan el empleo no registrado, y el fondo de cese.
Hay que recordar que todas esas medidas ya fueron rechazadas más de una vez por el conjunto de los sindicatos y por el arco opositor.
La presentación incluye la posibilidad de blanquear a trabajadores informales con condonación de deudas y de pagar menos multas por parte de los empleadores, que además podrán pagar menos indemnización.