Mientras el Gobierno venía observando con alivio la ficticia primavera financiera, caracterizada por un dólar planchado que debería mantenerse sin sobresaltos hasta las elecciones, en las últimas horas la divisa estadounidense abrió la jornada con un salto de 70 centavos, y llegó a cotizar cerca de los $ 47. Mientras tanto, el Riesgo País subió casi un 6 %, y ya se ubica en 881 puntos básicos.
En este caso, el clima financiero internacional refleja que estará cada vez menos optimista, lo que se refleja en nuevas presiones cambiarias para el mercado interno. Y el gran cimbronazo estuvo dado por China que, en el marco de la guerra comercial que mantiene con Estados Unidos, hoy devaluó su moneda, lo que repercutió negativamente en los mercados.
Debido al alza no esperada del dólar, no se descarta que el Banco Central llegue a intervenir con reservas para intentar contener nuevos saltos del tipo de cambio a 6 días para las PASO. Está claro que el país es una de las economías más vulnerables del mundo ante crisis externas, y por estas horas el efecto se potencia por la devaluación de la moneda china. El Banco Central guarda casi la tercera parte de sus reservas internacionales en yuanes (el equivalente a 20 mil millones de dólares).
El nuevo escenario internacional genera un doble problema para Argentina. Por un lado, la salida de capitales desde países emergentes hacia las economías desarrolladas. Se trata de la respuesta natural de los fondos de inversión ante la incertidumbre del mundo (las perspectivas de recesión en Estados Unidos, la falta de certezas por la pelea comercial entre las dos potencias comerciales del mundo y la nueva guerra cambiaria).
Y por otro, el Banco Central acumula una parte importante de sus reservas internacionales en yuanes (préstamos de la autoridad monetaria China en forma de swap). En la medida que se acelere la devaluación de la moneda china el resultado es la caída de las reservas. El momento no es precisamente el mejor para perder divisas.
En tanto, la proximidad de las elecciones potencia la demanda de dólares en el mercado interno y presiona el tipo de cambio, por lo cual la pérdida de reservas disminuye el poder de fuego del Central para contener nuevas devaluaciones.
Por eso mismo, en los circuitos financieros consideran que el clima internacional podría acelerar la decisión del Banco Central de intervenir en el mercado cambiario. Por el momento lo viene haciendo en los mercados de futuros pero no ofreció dólares de contado.