El presidente Mauricio Macri está nervioso y se siente prisionero en la Residencia de Olivos, de allí que Marcos Peña le organizó ayer un encuentro con Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal y Jaime Duran Barba para que lo contengan. Está sacado, putea porque no “comprende” que puede perder las elecciones frente a Alberto Fernández y Cristina Kirchner. El “carajo” lo repite seguido y grita fuerte que no hay Plan B en caso de perder por más de 6 puntos, lo que implicaría no poder controlar a los mercados.
Guido Saldleris, presidente del Banco Central y Nicolás Dujovne ya le informaron que el acuerdo con la banca y el mundo financiero es que “no habrá movimientos con el dólar” siempre que “el presidente pierda por tres o cuatro puntos”, pero después de los seis será muy difícil frenar la catástrofe en los mercados. “Si perdemos por mucho no hay tasa de 62 u 80 que frene la huida hacia el dólar”, dijo con voz temblorosa el presidente del Banco Central a Macri.
El presidente había confiado que para junio o julio la inflación iba a caer y se terminaría la recesión. Por ahora eso no sucedió. Los datos de la industria y la construcción en junio fueron peores que los meses anteriores y las Pymes siguen quebrando día tras día por la falta de créditos y consumo.
La agencia de riesgo Moody’s volvió advertir que el futuro de Argentina es una “economía débil y con políticas públicas inciertas”, de allí que ese pronóstico no ayuda para que lleguen inversiones al país, incluso las especulativas.
Duran Barba y Marcos Peña le traen diariamente las encuestas donde aparece triunfando el Frente de Todos, algo que altera y mucho al presidente que no duda en putear porque “los argentinos no lo comprenden”. Incluso está preocupado porque se pierde la provincia de Buenos Aires, de allí que no dice nada que la gobernadora entrega la “boleta corta”. En la Rosada saben que si se pierde la provincia no hay ballotage que aguante, de allí que no dudo en cerrar la campaña electoral en Vicente López, territorio bonaerense.
De la ira porque no lo votan, el presidente pasa a la euforia y dice que vamos a estar casi empatados en las PASO y ganando por uno o dos puntos en octubre, para luego si ganar en el ballotage. Por estas horas odia más a Alberto Fernández que a Cristina Kirchner. No soporta que le recuerde el desastre económico de su gobierno, el dinero que se gasta en los intereses de las Leliq y la gigantesca deuda externa que acumuló en cuatro años. Lo irrita que el candidato del Frente de Todos diga que entre los bancos y la educación pública elija esto último, que entre los jubilados y la especulación financiera se quede con los jubilados.
2 Comentarios
NO CREO QUE TE COMPRENDAN SI LOS ESTAS ASIENDO.. SURIR LOS ARGENTINOS NO SOMOS PELOTUDO..MAÑANA VOTEN BIEN..ASI SE VAN ESTOS INUTILES.
Yo no le creo nada, está basura este tranquilo porque va a ser FRAUDE…es única forma que pueda ganar