Con argumentos insólitos, pero que a esta altura ya no sorprenden, Patricia Bullrich defendió al policía que asesinó a un hombre en estado de ebriedad, después de pegarle una mortal patada a la altura del estómago.
“El agente estaba protegiendo a los ciudadanos de una persona que estaba generando una amenaza”, justificó la ministra de Seguridad, quien de todas maneras criticó la patada del efectivo de la Ciudad de Buenos Aires, aunque de una manera singular: “Evidentemente la metodología no fue la mejor. Lo mejor hubiera sido que el policía tuviera un arma adecuada para esa circunstancia, una Tasser”.
En su particular defensa del inspector Esteban Armando Ramírez, quien sigue detenido y a disposición del juzgado 8, para variar Bullrich responsabilizó a la víctima. Lo culpó de “andar con un cuchillo” que, en su opinión, “es una de las armas más letales”. “El policía estaba protegiendo a los ciudadanos de una persona que estaba en una situación amenazante y violenta. Este es el marco general que hay que plantear para entender el caso”, sostuvo durante una entrevista con Eduardo Feinmann por Radio La Red,
La ministra calificó de “lamentable desenlace” a la muerte de Juan Martín Gómez, de 41 años. Dijo que el policía “no buscó” ese final, y hasta lo defendió por “no usar su arma” de fuego. Eso sí, sostuvo que el final hubiera sido otro si el agente hubiese portado una pistola Tasser, mientras consideró que todo fue producto de una “mala suerte”.
El inspector Ramírez “tenía su arma de fuego y no tenía otra de menor capacidad letal, utilizó su cuerpo con la mala suerte de que la persona golpeó mal con la cabeza en el piso y murió”, sintetizó como si nada.
Además, Bullrich confirmó que sus argumentos se basaron –como siempre- en la versión policial y que así lo confirmó cuando mantuvo una conversación con el secretario de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, quien ayer también defendió al policía.
En coincidencia con su par porteño, la ministra relativizó la evidencia del video que circuló en las redes sociales y que provocó el repudio social. “Uno no puede solamente mirar el video sino entender el contexto. Y el contexto es que una persona estaba generando una amenaza con un cuchillo, que es una de las armas más peligrosas porque puede matar”.
La interpretación de los hechos, según Bullrich, debiera ser la siguiente: “Hubo una acción de terminar con una amenaza. Y cuando (un policía) hace eso, está haciendo lo correcto. Pudo haber pegado una patada más liviana o menos liviana”, pero lo que hizo fue “querer reducir” al sospechoso, que finalmente murió.