Alberto Fernández optó por bajarle el tono a sus críticas hacia el gobernador cordobés, Juan Schiaretti, por mantener la neutralidad en la contienda por la Casa Rosada. Fernández y Schiaretti se cruzaron ayer en Córdoba en la misa por el primer aniversario de la muerte de José Manuel de la Sota. Después, repitieron el encuentro en privado en el hotel donde se alojó el postulante a presidente.
“Tuvimos una muy buena charla. Tenemos una mirada muy parecida sobre lo que pasa en la Argentina y sobre lo que hay que hacer”, afirmó el candidato presidencial del Frente de Todos. Y dijo que le da “tranquilidad” saber que contaría con el apoyo de Córdoba en caso de ganar los comicios de octubre porque “es una provincia muy importante”.
Además, aseguró que Schiaretti compartió “el diagnóstico” sobre la situación del país y que respaldó su decisión de convocar a empresarios y gremios un consenso de 180 días. “Tiene un diagnóstico parecido y compare los planes que estoy planteando”, sostuvo.
Fernández desmintió estar peleado con Schiaretti, pero lo criticó por haber dado libertad a los cordobeses que lo votaron: “Parece que le da lo mismo el país que propone Macri que el que proponemos nosotros”, dijo.
En tanto, contó que fue una reunión “muy linda”, aseguró que son “amigos de muchos años” y destacó que el mandatario cordobés “es alguien con mucha experiencia” y que le dijo que cuente con él para gobernar en el futuro.
Pero así como lo elogió, también le marcó la cancha por su indefinición de cara a las presidenciales del 27 de octubre y su posicionamiento con respecto a Macri. Antes de la misa también había dicho “no necesito de Schiaretti ni de ningún otro gobernador”.