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22 noviembre, 2024
PAÍS

Cómo hará Alberto Fernández para transformar planes sociales en puestos de trabajo

A partir de diciembre todo parece indicar que Alberto Fernández será el nuevo presidente, y sin lugar a dudas, el principal desafío que deberá enfrentar es la brutal crisis económica que dejará como herencia el gobierno de Mauricio Macri, y su impacto directo en los índices de pobreza y desempleo. Por eso mismo, resultará clave de qué manera la flamante gestión hará frente a una cuestión por demás sensible, como es la política de los planes sociales.

Hay que tener en cuenta que con más de 14 millones de personas que no alcanzan a cubrir los servicios básicos, y otras 2 millones que buscan y no consiguen trabajo, la principal herramienta del Estado nacional para que esos argentinos tengan un ingreso, por mínimo que sea son, precisamente, los planes sociales.

La administración macrista no quedó al margen de las polémicas que genera la administración de los planes, y puso en marcha un Plan de empalme, un programa oficial que apuntaba a sustituir planes sociales por empleo formal subsidiado por el Estado.

Y justamente, el diputado nacional Daniel Arroyo, uno de los referentes del Frente de Todos en lo referido a política social, plantea retomar ese plan, pero mejorándolo en sus aspectos esenciales.

En declaraciones a Infobae, el ex ministro de Desarrollo Social bonaerense destacó que “tenemos un universo de 700 mil personas en distintos programas sociales, muchos de los cuales realizan también actividades en el sector informal. El gran problema es que desaparecieron las changas, solo les quedó el plan social que les alcanza cada vez menos”.

Al respecto, relató que desde el Frente de Todos consideran que “las personas que reciben planes sociales se pueden dividir en tres situaciones: está el grupo de los que si la economía arranca, entran a trabajar; hay un segundo sector que aunque la economía vuele, tiene problemas de capacitación; y hay un tercer sector que está con problemas de adicciones, de salud, que es más difícil de insertar en el mercado laboral”.

Para esos tres grupos de beneficiarios de programas sociales, Arroyo tiene un plan: “Hay que armar un esquema de traspaso de planes sociales a trabajo que tenga tres dimensiones. Una, armar una red de 20.000 tutores (el cura, el pastor, la maestra) para generar el vínculo entre escuela y trabajo, entre planes sociales y trabajo. Hay que hacer una red, acompañar y construir un mecanismo para ayudar en la capacitación”.

Para Arroyo, las áreas de la industria en las que estas personas se pueden insertar en el mercado del trabajo son los “sectores masivos como construcción, textil, comercio, metalmecánica, frigoríficos”, entre otras.

Una segunda dimensión del plan es la más parecida a lo que el macrismo llamó el “Empalme”: “Queremos que puedan convivir el plan social y el trabajo en blanco. Si una persona consigue un trabajo en blanco, queremos que pueda mantenerse 24 meses en el plan, hacer un empalme entre ambos, un esquema conjunto”.

Agregó que “lo estatal es seguro, y si uno toma un trabajo formal tiene el riesgo de quedarse sin las dos. Entonces la persona que consigue trabajo continúa en el plan durante 24 meses y se va quitando progresivamente. Es un proceso importante de acompañamiento y seguimiento”.

“La tercera dimensión es un gran sistema de créditos no bancarios con una tasa muy baja, de 2 o 3 % anual, para la compra de herramientas y máquinas”, detalló Arroyo, que contó que “gran parte de la gente genera su propio trabajo”.

Precisó que esta pata del plan “apunta a artesanos, a pequeños emprendedores y a empresas recuperadas. Los créditos tienen una doble lógica: capitalizar, pero también desendeudar, porque muchos tomaron deuda a 200 % anual en la financiera de la esquina. Esto permite que la gente saque la cabeza afuera del agua y vuelva a respirar”.

Esa parte le demandaría al Estado alrededor de $20.000 millones que, sumado al programa de tutores, implicaría sumar otro gasto a un presupuesto que ya funciona con déficit fiscal en el marco de una recesión que no cede.

Por último, Arroyo destacó que “todas las dimensiones del plan forman un sistema que tiene el objetivo de vincular a las personas que tienen planes sociales con el trabajo asociado al mercado interno”.

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1 comentario

Leonardo 26 septiembre, 2019 at 11:08 am

Estamos siendo bombardeados por demasiada literatura, matketing y legislación sobre emergencia alimentaria y lo que necesitamos es:
1) Trabajo calificado ( INDUSTRIALIZACIÓN ).
2) Trabajo registrado ( EN BLANCO ).
3) Restauración inmediata de los derechos avasallados por el machismo.
4) Menos comederos y ollas populares ( LA FAMILIA SE ALIMENTA EN CASA, EN LA MESA FAMILIAR )
5) Juicio y castigo a los endeudadores, fugadores offshore e industricidas ( NUNCA MÁS ECONÓMICO )
6) Sólo se reconoce y paga la deuda que haya sido aprobada por el Congreso Nacional. El resto se denuncia ante organismos internacionales como maniobra criminal fraguada entre Macri, Lagarde, el Directorio del FMI y fondos especulativos.
7) No hay cabida para colaboracionistas, blandos o gatos pardos ( muchos están siendo incorporados y a otros los estamos digiriendo )
8) Y BRONCA,MUCHA BRONCA !
9) Con todo eso vendrá el alimento y el medicamento.
10) LO QUE RÁPIDO SE DESTRUYÓ, RÁPIDO SE RECONSTRUYE !
CUALQUIER OTRA COSA ES CONTINUISMO !

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