En abril del 2011, con mis amigos Negro Cogo, Eduardo D’Argenio y Sergio Pujol estábamos en Smoke Jazz Club de New York disfrutando de un quinteto de aquellos: con Jim Rotondi, Eric Alexander y Steve Davis entre otros. Estábamos en la barra porque no había más lugar y a mediados del show entro un señor mayor, con una bolsa de mandados, de esas típicas de algún supermercado, y ahí parado, sobre la barra los empezó a escuchar. Terminado el tema, Rotondi lo llama y era Harold Mabern, ese gran pianista que en la última década fue reconocido en vida por su talento.
Mabern fue uno de esos pianistas geniales que tocaron con todos: Miles Davis, Sonny Rollins, Max Roach, Jackie McLean, Wes Montgomery o Sarah Vaughan, por nombrar algunos. Su estilo en el piano era percusivo, muy de la escuela de Horace Silver y McCoy Tyner.
Falleció el pasado 19 de septiembre. Por suerte en los últimos años grabo varios discos. Su último trabajo The Iron Man: Live at Smoke, en 2018.
Se fue un grande.