La gobernadora María Eugenia Vidal incrementa su odio hacia el presidente Mauricio Macri, mucho más al observar que en Mendoza, los radicales desdoblaron la elección, le prohibieron a Macri ir y terminaron ganando la provincia. Del odio al uso de pañuelos carilina es una constante en la gobernadora.
Las últimas encuestas siguen dándole mal a Vidal con una gran ventaja para Axel Kicillof. Tanto Clivajes como Circuitos, publicadas por estas horas, le dan una diferencia entre 16 y 17 puntos, casi inamovible en comparación con las PASO. Más allá de esa diferencia, en el equipo político de la gobernadora, que conduce Federico Salvai, trabajan para que Vidal no saque menos votos.
La preocupación es que los intendentes del oficialismo decidieron hacer una campaña alejados de Macri pero también de Vidal. Martiniano Molina (Quilmes), Néstor Grindetti (Lanús), Jorge Nedela (Berisso), Julio Garro (La Plata), Diego Valenzuela (Tres de Febrero) Jaime Méndez (San Miguel), Nicolás Ducoté (Pilar), Dario Kubar (General Rodríguez) y Ramiro Tagliaferro (Morón), en forma alevosa piden que voten a Alberto y Axel y a ellos. Ducoté directamente hizo un afiche con Alberto, Cristina y él. Verdaderos sin vergüenza.
La única esperanza de mantener el 34 por ciento de los votos de Vidal es que los bonaerenses que en las PASO votaron a Roberto Lavagna y a Juan José Gómez Centurión corten la boleta y voten a Vidal. Entre ambos suman unos 7 puntos, pero hoy solo es un sueño que la gente que en las PASO voto otra fuerza cambie a favor de Vidal cuando ya se sabe que no tiene ninguna chance de vencer a Kicillof.
El problema de Vidal es que en las elecciones del 11 de agosto perdió por paliza en el Gran Buenos Aires. En la Primera sección electoral perdió 50,53% a 34,43% y en la Tercera 60,26% a 27%. El problema principal para que nada cambie es que la situación económica empeorará con la inflación de septiembre que rondará el 6%, más el incremento de los alimentos y el cierre de comercios y Pymes. A eso sumarle que los intendentes propios hacen campaña lejos de Vidal y Macri.
Hoy la gobernadora estará en Junín junto al presidente para la inauguración trucha de la Ruta Nacional 7 donde solo se asfaltó diez kilómetros sin las colectoras, ni los distribuidores y con una señalización colocada en forma provisoria. La gente no se cree más las truchadas de Cambiemos.
En el equipo político hay preocupación por los estados de animo de la gobernadora. Pasa de los gritos y puteadas contra Macri, Peña y toda la Casa Rosada hasta un uso incesante de pañuelos carilina y solo piensa, como en el tango en volver a ‘la casita de mis viejos’.