Más allá del respaldo que la Cámara Federal de Apelaciones porteña le dio en las últimas horas a Claudio Bonadio en el marco de la causa de las fotocopias, en los tribunales de Comodoro Py reconocen, cada vez con más énfasis, que el cuestionado juez hace rato dejó de ser una figura respetada en el ámbito judicial y no son pocos los que dicen, por ahora en voz baja, que ya no lo pueden ni ver.
Es más, hasta aquellos colegas que en algún momento no tan lejano transitaban por el mismo andarivel que él, hoy por hoy sostienen que “a Bonadio se le fue la mano” en cuanto a lo que fue (y sigue siendo) la obsesiva persecución a Cristina Kirchner en particular, y al kirchnerismo en general.
Al mismo tiempo, y mientras se acumulan pruebas contra el fiscal Carlos Stornelli por sus vínculos con el espía y falso abogado Marcelo D’Alessio, sobre todo en lo referido a la extorsión a empresarios, Bonadio eligió priorizar su relación con el fiscal “rebelde”, y de esta manera lo confirmó para que siga al frente en la denominada “causa de las fotocopias”.
En tanto, el jueves último el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, quien tiene a su cargo el Caso D’Alessio, envió un oficio a Comodoro Py para reclamar por un pedido que le hizo a Bonadio, y por el que hasta el momento no obtuvo respuesta. Es por esto que decidió dirigirse a uno de los superiores del magistrado para que le llamen la atención.
El motivo del pedido es porque Ramos Padilla le viene pidiendo desde hace algunas semanas que le envíe copia del expediente conocido como “Causa GNL”, en el que se investiga la importación de gas licuado durante el kirchnerismo. Bonadio, hasta ahora, se negó a enviarle esos documentos.
Ramos Padilla sospecha que Bonadio no se las quiere enviar. Y al remitirle el pedido a Martín Irurzun, presidente de la Cámara Federal porteña, así lo escribió: “conforme surge del tenor de las respuestas brindadas por el nombrado magistrado, se vislumbra que no habrá de enviarlas”.
Mientras, y tal como señaló INFO 135, el juez ya avisó a su entorno que analiza seriamente renunciar antes del 27 de octubre para asegurarse la jubilación. Públicamente, argumenta estar cansado de la función pública, pero en realidad es consciente de que si renuncia después del triunfo de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, ese pase al costado podría ser “un acto revisable”, corriendo el riesgo de terminar destituido por el Consejo de la Magistratura, quedarse sin jubilación y terminar preso.
Bonadio, durante los cuatro años de Cambiemos, demostró que decidió alejarse de su rol de juez y perseguir en forma brutal a la ex presidenta Cristina Kirchner, tanto que en una misma jornada la citó a ocho indagatorias.
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Es un muerto y se le termina, en cana