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22 noviembre, 2024
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La verdá de la milanesa: digan lo que digan el 10 de diciembre la botonera será de Alberto y Cristina

Por Alfredo Silletta. Los medios hegemónicos hablan de la gran elección de Mauricio Macri y ningunean el triunfo de Alberto Fernández. Para ellos el 40%, que probablemente termine en 39, es el gran dato de la elección,  mientras que el 48%, que probablemente sea 49, es una mala elección del peronismo.

Los argentinos debemos aprender a leer entrelíneas. Si durante cuatro años nos mintieron por qué ahora dejarían de mentir. Si durante años nos gritaron en la cara “no vuelven más” a solo “ganaron por 8 puntos” porqué debemos creerles ahora.

A veces la historia es aburrida pero es buena volver a ella para entender cuál es la realidad que vivimos hoy. Es verdad que muchos en el peronismo esperaban el domingo ganar por 15 puntos de diferencia pero la historia nos dice que eso no sucede habitualmente. Superar el 50% de los votos no es fácil. Se produjo con Juan Domingo Perón en 1952, nuevamente con Perón en 1973, luego de 17 años de exilio, y con Cristina Kirchner en 2011, luego de la muerte de Néstor Kirchner y un momento de gran crecimiento económico.

En las elecciones del año 2007, Cristina Kirchner sacó el 45,3% sumando en un acuerdo a parte de la UCR y entregando la vicepresidencia a Julio Cobos.  En aquella elección Elisa Carrió sumo 23%, Roberto Lavagna 17% y Adolfo Rodríguez Saá 7 puntos, por lo cual sí sumamos a Carrió y Lavagna que era el candidato del radicalismo, suman 40 puntos.

La historia dice que en la Argentina hay un anti peronismo que está cerca de los 40 puntos y que, aunque no es homogéneo, cuesta que voten a un frente que integre el peronismo. En 1973, cuando Perón volvió en “modo Dios” a la Argentina y obtuvo el 62% de los votos, Ricardo Balbín logró el 24% y Francisco Manrique el 12%, lo que da un 36% de voto antiperonista.

En las elecciones de 1989, con una hiperinflación galopante, Carlos Menem logró el 48% de los votos, pero Eduardo Angeloz el 37% y Álvaro Alsogaray el 7%, lo que da un 44% de voto antiperonista.

Desde los medios hegemónicos hablan de una “pobre elección” del Frente de Todos, pero la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner obtuvo el 48% luego de cuatro años de un ataque feroz al peronismo y especialmente a la figura de la ex presidenta. No hay que olvidarse que durante cuatro años  los medios machacaron que “se robaron un PBI” o el “gobierno más corrupto de la historia”. Pero el peronismo paso de “estar muerto” en las elecciones de 2017 a ganar en primera vuelta. Y no solo eso, en la provincia de Buenos Aires, la gobernadora María Eugenia Vidal, la gran marketinera, perdió por paliza frente a Axel Kicillof por más de 14 puntos.

Alberto Fernández , no es que bajo de votos, creció en unos 300.000 pero Macri creció mucho más, superando los dos millones de votos. La pregunta es de dónde salieron esos votos para el macrismo. En primer lugar hay más de 800.000 votos que perdieron Lavagna, Espert y Gómez Centurión. A ese número hay que sumarle que mucha gente que no va a votar en las PASO lo hace en la general y son votos que en su casi totalidad van al macrismo.

Juntos para el Cambio creció en Córdoba con el apoyo del aparato del gobernador Juan Schiaretti que una vez más jugo para Macri y no con el peronismo. Aumentó en Entre Ríos y Santa Fe y ganó en Mendoza y San Luis. También amplió en más de 700.000 votos en la provincia de Buenos Aires, especialmente por el voto del interior bonaerense.

Macri, con su campaña del Sí, se puede, aglutinó ese voto antiperonista que durante cuatro años creyó las mentiras de la prensa sobre un gobierno corrupto de los Kirchner, vinculado al narcotráfico, alejado del mundo y amigo de Chávez. Por otro lado, en el Frente de Todos realizaron una campaña tranquila, sabiendo que de mantener los votos de las PASO se ganaba en primera vuelta. Quizás algunos gobernadores hicieron demasiado la plancha y permitieron crecer demasiado a Juntos por el Cambio.

La victoria de 48 a 40, que puede estirarse a diez puntos, es una gran victoria. Algo casi inimaginable hace dos años, cuando se perdieron las elecciones legislativas. En realidad, el gobierno y los medios hegemónicos no vieron o miraron para otro lado la brutal pobreza en la Argentina, con cierre de fábricas, despidos, tarifas impagables, alimentos por las nubes y un 40% de argentinos bajo la línea de la pobreza.

Paralelamente, la ex presidenta, supo luego de su derrota en 2017, que había que trabajar en unificar al peronismo y sumar a diversos sectores vinculados al campo nacional y popular. Lo hizo día tras día con movimientos sociales, parte del mundo sindical, algunos gobernadores y cuando percibió que todavía no alcanzaba realizó una jugada magistral: Alberto presidente y ella vice.  Su jugada funcionó y Alberto aglutinó lo que quedaba de la CGT, de los gobernadores y cerró con Sergio Massa.

El Frente de Todos ganó en primera vuelta mientras que Mauricio Macri tuvo que ir a un balotaje y ganó por escasos dos puntos las elecciones de 2015. De un peronismo que había perdido en 2013, 2015 y 2017 a un peronismo triunfante en primera vuelva. No es poco, más bien es mucho.

Alberto Fernández asumirá el gobierno con casi el 50% de los votos, Néstor Kirchner asumió con el 22% de los votos. Ahora vendrá el trabajo de Alberto y Cristina para que ese 50% se convierta en el 70 u 80% de imagen positiva. Para lograr ese cometido hay un solo camino y quien mejor lo contó fue Perón: “Si el pueblo está contento, eso es lo que me interesa. La mitad de la tarea de un gobierno, para mí, está en que el pueblo esté contento. El pueblo contento comienza el camino de la felicidad y ésa es una de las funciones fundamentales del gobierno. La otra es ejercer la grandeza del país. Eso se hace despacito y de a poco”.

En síntesis, como diría Antonio Gasalla en “La verdá de la milanesa”, el 10 de diciembre la botonera estará en manos de Alberto Fernández y no del neoliberalismo que empobreció al país.

 

 

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1 comentario

Arnoldo 29 octubre, 2019 at 4:31 pm

No vuelven mas..dejan..inflación..pobreza desocupación..y un pais con deudas…CAMBIEMOS LA CORRUPCION CAMINANDO..

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