A mediados de noviembre de 2015, Daniel Scioli invitó a quien iba a sucederlo en el cargo, María Eugenia Vidal, a reunirse en La Plata para iniciar la transición. El gobernador estaba acompañado por su jefe de Gabinete, Alberto Pérez, su ministra de Economía, Silvina Batakis, y el secretario de la Gobernación, Martín Ferré. Por su parte, Vidal concurrió con quien sería su ministro de Economía, Hernán Lacunza, Federico Salvai y Edgardo Cenzón
En aquella reunión le avisaron a la gobernadora electa que en diciembre hay que pagar sueldo y aguinaldo, por lo cual estaba aprobado el crédito por parte de la Legislatura, una cifra menor, por lo que se pagaban los aguinaldos ya que los sueldos se abonaban con la recaudación. Scioli, amable, le dijo que si querían podían reunirse Batakis con Lacunza para hacer el anuncio juntos y mostrar la continuidad institucional de la provincia. En ese momento, Vidal dijo que no, que “no quería endeudar la Provincia”, que ellos se encargarían de conseguir el dinero.
La reunión terminó en buenos términos, con una Vidal siempre sonriente. Pero la gobernadora tenía otros planes. El mismo día que asumió, dijo que recibió “una provincia quebrada, con 39 colchones y cero peso en las arcas”, por lo cual no se podían pagar los suelos. Horas después, Clarín tituló con letra catástrofe que “la Nación, o sea Macri, auxiliaba a la provincia con fondos para el pago de sueldos y aguinaldo. “El crédito de endeudamiento era irrisorio, con una muy baja tasa de interés”, contó uno de los presentes en la reunión y agregó: “En el primer año, el endeudamiento de Vidal fue el equivalente a seis años de gestión de Scioli y nos dijo que no quería endeudarse”.
La jugada de Vidal, luego de ese primer encuentro, fue el comienzo de la política de marketing con los medios hegemónicos, que continuó durante cuatro años. Las consecuencias fueron una derrota aplastante en las elecciones del pasado domingo. El marketing no alcanza con la heladera vacía.
Hoy, cuatro años después, el gobernador electo Axel Kicillof se reunirá con la gobernadora Vidal para iniciar la transición. Esta vez, hay una diferencia: Kicillof ya adelantó que “nos dejan tierra arrasada”. Como economista sabe que Vidal deja una provincia en pésimo estado, con todas las variables peor que en el 2015, con una brutal desocupación, cierre de Pymes, un desastre en la educación y la salud pública y un banco Provincia que prefirió jugar a la timba financiera que en ayudar a la producción. Como si fuera poco, hace 15 días, la gobernadora elevó una nota al directorio del Banco para canjear un bono de 4 mil millones con vencimiento el 6 de diciembre, por otro con vencimiento dentro de un año. Todo esto sin contar, la brutal deuda millonaria en dólares que hay que empezar a pagar el próximo año.
Kicillof va preparado. Sabe lo que sucedió hace cuatro años con Scioli. Una cosa será la charla en privado y otra la realidad, le guste o no a la gobernadora. La provincia esta quebrada y con todos los indicadores peor que hace cuatro años.
2 Comentarios
Todo vuelve Vidal,la vas a pagar todas, ladrona. Asesina!
Al fin se va toda esta lacra .Vidal es peor que Macri