Descarnada charla entre Alberto y Macri sobre una propuesta para protegerse de la Justicia: “No lo hagas porque te anulo el decreto”

El periodista Horacio Verbitsky reveló parte de la charla entre el presidente Mauricio Macri y el presidente electo, Alberto Fernández sobre la Justicia. El presidente planteó que proponía transferir de la Nación a la ciudad de Buenos Aires por decreto el puerto, por cuyo control aspira su amigo del alma Nicolás Caputo, y la Inspección General de Justicia, con lo cual convertiría a la capital de la Argentina en una guarida fiscal.  Alberto Fernández lo miró fijo y le dijo que no lo haga, porque en tal caso anularía los decretos en el mismo momento que asuma como presidente.

Pero Macri va por más, en su intento de controlar la Justicia cuando deje de ser presidente. Tiene en sus planes transferir del Poder Ejecutivo a la Cámara Federal de Casación Penal el programa de protección de arrepentidos, cómo lo solicitó el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli, quien por estas horas no le quedo otra que presentarse en los próximos días ante el juez Alejo Ramos Padilla. La idea es que no se conozca los manejos espurios que hubo entre el gobierno de Macri y Bonadio con los “arrepentidos”.

Verbitsky pública detalles de la conversación entre Fernández y Macri en El Cohete a la Luna:

AF: Los mismos jueces que usaste para perseguir a la oposición se van a encarnizar con vos cuando dejes el gobierno.

MM: Yo nunca hablé con un juez para pedirle que persiga a nadie.

AF: Lo hicieron otros en tu nombre: Garavano, Pepín, De Andreis, Torello. ¿Vos nunca te enteraste de nada? 

Macrì minimizó la mayoría de las causas y negó seriedad a uno de los denunciantes, el diputado Rodolfo Tailhade.

—¿Vos me querés decir que las denuncias de Elisa Carrió son más serias?— respondió Fernández.

Macri, el primer presidente que fracasa en obtener la reelección, pese a una ayuda de 50.000 millones de dólares que le entrego el FMI, está nervioso por las 92 causas que tiene y especialmente por cuatro que lo comprometen seriamente: el Correo Argentino, el soterramiento del tren Sarmiento, los parques eólicos y las autopistas por peaje.

Caso Stornelli. El fiscal rebelde sabía que  ya no tenía margen para seguir esquivando la citación del juez, desde la misma noche del 27 de octubre, en que su protector Mauricio Macri perdió las elecciones. No solo eso, el Consejo Evaluador de la Procuración tenía un dictamen de 3 votos a 2 para iniciar el proceso de destitución.

El juez Ramos Padilla tiene ocho imputaciones contra el fiscal Stornelli, todas muy graves. Raúl Kollmann, el periodista que más conoce de temas judiciales, las relató en artículo de Página 12:

-Hubo espionaje y extorsión contra un ex gerente de la petrolera venezolana Pdvesa, Gonzalo Brusa Dovat. Stornelli no sólo permitió la maniobra, sino que D’Alessio llevó en un auto simulado como oficial a Brusa Dovat hasta la fiscalía de Stornelli y estuvo presente en la declaración, cuando ni siquiera es abogado.

– Junto con D’Alessio pretendían armar una cámara oculta al abogado José Manuel Ubeira, defensor del ex titular de Yaciretá, Oscar Thomas. Incluso Stornelli lo apuró a D’Alessio para que la haga: “Dame una mano”, le dijo. El objetivo era hacerle decirle algo impropio a Ubeira –cosa que no ocurrió– y así sacarlo de la cancha.

– Espionaje ilegal a Jorge Christian Castañón, piloto, ex marido de la actual esposa de Stornelli. En los diálogos, el falso abogado le pidió información ilegal sobre Castañón al falso abogado y D’Alessio le dio informes laborales completos, sugirió que es contrabandista y ambos hablaron hasta de plantarle droga en la valija. Esta imputación fue un terremoto en Comodoro Py: espionaje ilegal por razones personales.

– El fiscal aceptó que D’Alessio realice operaciones de espionaje sobre Victoria Munin, pareja de Alejandro Talevi, un financista que escapó perjudicando a ahorristas, en especial radicales. Munin declaró que D’Alessio la presionó y hay un diálogo en el que Stornelli le dijo al falso abogado, en relación a Munin-Talevi: “Dame merca que yo me ocupo”.

– Stornelli le pidió a D’Alessio que le haga una cámara oculta ilegal al abogado Javier Landaburu. El fiscal pensaba que el letrado estaba por hacer una presentación ante un escribano para consignar que los empresarios Paolo Rocca y Carlos Wagner fueron coaccionados en el marco de la causa de las fotocopias de los cuadernos. O sea, la idea era espiar a los abogados defensores.

– Stornelli habría convalidado operaciones de inteligencia ilegales de D’Alessio en Uruguay. Fue en el marco de una competencia comercial y el falso abogado quería sacar de la cancha a una de las empresas, involucrándola con terrorismo y con una supuesta estructura iraní que no existía. Stornelli se interesó en la operación, según se ve en los chats.

– Stornelli recibió la denuncia de Pablo Barreiro, hijo de uno de los colaboradores de Néstor Kirchner que estaba preso. Barreiro le dijo al fiscal que D’Alessio lo estaba extorsionando, pero el texto de esa declaración-denuncia desapareció. 

– Stornelli permitió las operaciones que llevaron a la extorsión del empresario Pedro Etchebest, quien hizo la primera denuncia. Hay un chat de D’Alessio dirigido al fiscal diciéndole: “Yo me ocupo de Pedro”. En esta imputación entra todo el clima creado alrededor de una reunión de varias horas entre el fiscal y el falso abogado, en un balneario de Pinamar, con Etchebest esperando en la mesa de al lado. Terminado ese encuentro, D’Alessio le pidió 300.000 dólares a Etchebest, para hacerlo zafar de supuestos problemas judiciales.

Stornelli ya sabe que  luego que se presente ante el juez termine procesado. Es espionaje ilegal, incluso dispuesto a operar en sus conflictos personales. Con esos antecedentes  es probable que termine fuera de la Justicia y en una cárcel. El mismo destino correrá el juez Bonadio.