Alivio en la Casa Rosada: el macrismo no recorrerá en pijama Comodoro Py

Por Alfredo Silletta. Luego de las elecciones presidenciales que le dieron el triunfo a la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, el terror se instaló en la Casa Rosada. Más de un ministro mandó a su mujer que le compre un lindo pijama. Se imaginaban con los instructores del juzgado en sus lujosas casas, a las 3 de la mañana, con las esposas en las manos, en pijama y tomándoles fotografías como sucedió con Amado Boudou, vicepresidente de la Argentina.

El fantasma del pijama recorrió los pasillos de los ministerios pero el presidente electo Alberto Fernández, hombre de la Facultad de Derecho, los tranquilizó que no habría persecución como ellos sí la hicieron. “No somos lo mismo”, dijo en una reunión Alberto y aclaró que “no vamos a perseguir a nadie, pero el que cometió delitos deberá responder ante la Justicia”.

La idea del presidente es cambiar la Justicia, especialmente la de los jueces federales de Comodoro Py que, con fallos vergonzosos, llevaron a la prisión a ex funcionarios y empresarios por la sola razón de ser kirchneristas.

Pese a que todavía no anunció ningún ministro, la Dra. Marcela Losardo, amiga y socia, estará a cargo del ministerio de Justicia. Ya habla con los miembros de la Corte Suprema de Justicia y les adelantó que, por ahora, no aumentará el número ni pedirá ningún juicio político. No es su prioridad en estos momentos.

La idea central, tomada de un viejo proyecto de Gustavo Beliz, será fusionar los 63 juzgados del fuero ordinario para diluir el poder de Comodoro Py. La apuesta que es que todos los juzgados investiguen todos los casos, diluyendo el poder de Comodoro Py. En caso que no saliera esta ley duplicará los juzgados federales de 12 a 24.

Paralelamente aplicará el Código Procesal Penal acusatorio, que lo había promulgado Cristina Kirchner en el año 2015, donde los fiscales se encargarían de la investigación, pero que el presidente Mauricio Macri lo frenó y permitió la vergonzosa doctrina Irurzun para que, personajes siniestros como Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli, atacarán hasta el cansancio a la ex presidenta Cristina Kirchner.

Macri había suspendido por DNU la reforma que permitía al ministerio Público fiscal un sistema acusatorio  porque en aquel momento estaba a quedar a cargo Alejandra Gils Carbo.

Desde hace mucho tiempo, Fernández  afirmó que las prisiones preventivas eran bochornosas. Por estos días el gobierno, asustado porque deja el poder, decidió a través de una Comisión Bicameral ponerle límite a las prisiones preventivas y seguramente en el día de hoy será publicado en el Boletín oficial. La comisión resolvió aprobar normas elementales, con requisitos precisos para privar a una persona de la libertad antes del juicio.

Fernández ya decidió también que el próximo procurador será el juez Federal Daniel Rafecas, un magistrado intachable, que soportó los ataques del macrismo en estos años. Para ser designado procurador deberá contar con las dos terceras partes del Senado y se espera que el macrismo no ponga piedras en el camino.

Con Fernández en la Casa Rosada, habrá mayoría en el Consejo de la Magistratura, que le permitirá avanzar con denuncias hacia jueces muy desprestigiados como Bonadio o Ercolini. Ya no habrá más “traslados” para ubicar jueces amigos en las cámaras federales. La ley es la ley.

Los equipos de Alberto Fernández ya trabajan para poner gente idónea en al Oficina Anticorrupción, que comenzó durante cuatro años la inoperante Laura Alonso. También se analiza qué se hará con la desprestigiada AFI (Agencia Federal de Inteligencia), que durante el macrismo terminó operando con jueces, escuchando opositores y extorsionado empresarios.