A pocos días de asumir, el campo ya le declaró la guerra a Alberto F. y empiezan a instalarse en las rutas

Una vez más, el llamado “campo” muestra su verdadero rostro basado en la falta absoluta de solidaridad y en la defensa únicamente de sus intereses, y está claro que con la excusa de rechazar una posible suba de las retenciones, le harán la vida imposible al gobierno que en pocos días más pondrá en marcha Alberto Fernández junto a Cristina Kirchner.

Todavía no asumió, y desde una supuesta organización llamada Campo+Ciudad, ya vienen mostrando presencia en las rutas, como una manera de marcarle la cancha a la administración del Frente de Todos, porque en definitiva no hacen otra cosa que defender sus privilegios sectoriales.

Días atrás se llevó a cabo una reunión en Córdoba, oportunidad en la que las entidades rurales lanzaron una especie de plan de lucha, que en un primer momento consiste en “mateadas federales” (así llaman a las protestas, por ahora, pasivas) en distintos puntos del país, no contemplando, al menos en el corto plazo, la alternativa del corte de rutas, tal como fue la característica de los salvajes paros que protagonizaron allá por 2008, en repudio a la 125.

Es que más allá del rechazo que a los dueños del “campo” les provoca cualquier medida que ose ir contra sus intereses, pusieron el grito en el cielo cuando semanas atrás el presidente electo anticipó que los sectores del petróleo, el minero y el del campo “tendrán que hacer un esfuerzo”.

“Me encantaría no cobrar retenciones pero le hubieran dicho a Macri, que me va a dejar 5 o 6 puntos de déficit fiscal. Díganme cómo quieren que tenga déficit cero sin mejorar mis ingresos. Una parte lo voy a mejorar haciendo crecer la economía, pero en un primer momento van a tener que hacer un aporte todos”, aclaró Fernández como para no dejar dudas.

El hecho es que la estrategia de militantes, partidarios y funcionarios que acompañaron a Macri en su gira después de las PASO, es constituirse como oposición detrás de Campo+Ciudad, con la idea de que productores agropecuarios que no están enrolados en ninguna de las entidades del agro y responden a su núcleo duro, generen una presión opositora ante cualquier intento de suba de las retenciones.

Sebastián Quiroga, vicepresidente de la Coalición Cívica-ARI del departamento San Javier, es el vocero de Campo+Ciudad y promotor del encuentro que se realizó en Córdoba. Pero no es el único partidario “lilito” que está detrás. El reciente diputado electo por la primera sección en la provincia de Buenos Aires de Juntos por el Cambio, Luciano Bugallo, que fue asesor agropecuario de Elisa Carrió, es otro de los promotores de los distintos encuentros sobre las rutas. Bugallo calificó de “traidor” a Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro, por el solo hecho de haber planteado que aceptaba discutir una suba de retenciones.

Bugallo, que se presenta a través de su cuenta de Twitter como “Inconformista. Republicano. Humanista liberal. Diputado electo por la Provincia de Buenos Aires”, fue un cacerolero en 2013 contra las políticas del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. También se lo conoció por difundir el spot de Juntos por el Cambio para explicar que la elección se daba vuelta. En ese spot un chico deja caer a un gato de espaldas desde un metro y medio de altura para demostrar que se da vuelta y cae parado.

Pero el diputado electo habló de retenciones un reportaje: “Volvemos a ser la billetera de la abuela que va a bancar la fiesta como mínimo cuatro años más”, dijo. Retroalimentado por uno de los conductores de La Red Rural, Ricardo Bindi, que pronosticó conflictos graves, “porque el campo también tiene que pensar lo suyo, no te vas a quedar manso, tranquilo y que alguien venga y te robe lo que es tuyo”.

Luciano Bugallo dijo: “Vos podés negociar, entre comillas, con los voceros de las gremiales, pero vos no podes negociar con los autoconvocados. Hoy creo que hay un caldo de cultivo, hay un enojo bastante expreso”, señala aunque no dice que son los funcionarios cambiemitas como él quienes están condimentando ese caldo y alimentando ese enojo.