Axel Kicillof asumió hoy como gobernador bonaerense y dijo que su gran desafío será “trabajar para reconstruir la provincia y recuperar los derechos perdidos”. En un discurso que duró poco más de una hora, cargó contra la herencia que recibió de la gestión de María Eugenia Vidal y aclaró que los 25 mil millones de pesos que dejó la gobernadora saliente no alcanzan para pagar los salarios y otras obligaciones que la provincia debe afrontar en los próximos 30 días. Pero además anunció que el aumento del 25% dispuesto para enero quedará sin efecto.
La Asamblea Legislativa, que se desarrolló en la Cámara de Diputados, comenzó pasadas las 11.30. Allí, ante la presencia de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, Kicillof juró y recibió los atributos del mando -es decir la banda y el bastón,- de manos de Vidal, quien concurrió acompañada por su vicegobernador Daniel Salvador.
“Hoy es el primer día de una etapa diferente. Y espero estar a la altura. Pretendo ser el gobernador de todos”, dijo Kicillof, quien trajo a colación el resultado de las elecciones del 27 de octubre, en las que triunfó con más de 52 % de los votos, para decir que “esos números expresan malestar y también rechazo. Tiene que ver con una situación económica durísima. Pero no es sólo eso, sino a una política y lógica económica, que nació con muchas promesas y que después se basó en el marketing político, y así fueron negando los problemas”.
Agregó que “el pueblo de la Provincia no quiere persecuciones ni un Estado ausente ni que culpe a la gente de sus errores”, pero también ese resultado “expresa apoyo y adhesión, además de esperanza”.
Para Kicillof, “fue el triunfo del voto buscando una provincia productiva y no especulativa, y con un Estado presente y cercano, para darles la mano a los y las bonaerenses. Ese es el enorme desafío que tenemos por delante”.
El gobernador dedicó un tramo importante de su discurso a hablar de la situación en que está la provincia e incluso retrucó los números que Vidal planteó en su rendición de cuentas. “Se habló de que dejaban una caja de 25 mil millones de pesos. Pero el problema no es cuánto queda en la caja, sino las necesidades que hay que atender con lo que queda en la caja. Y esa cifra no alcanza ni para los próximos 30 días”, advirtió y puntualizó que hay que pagar 40 mil millones en materia de sueldos, aguinaldos y otras obligaciones en los próximos 35 días, y una deuda de 50 mil millones con proveedores.
Pero además anunció que dará marcha atrás con el tarifazo de luz anunciado por Vidal tras las elecciones de octubre y que está previsto que entre en vigencia en enero. “Vamos a dejar sin efecto el aumento de las tarifas. Tenemos que someter la situación a revisión, por eso convoco a las empresas del sector para trabajar en un esquema que sea justo y razonable, que la gente lo pueda pagar”, dijo el flamante mandatario. Y agregó: “Si una tarifa no puede ser pagada por un jubilado, no es tarifa, es saqueo”.
En paralelo a eso, anunció que le pedirá al presidente Alberto Fernández que dé marcha atrás con la conformación del EMSE, ente regulador creado por Cambiemos tras el traspaso de Edenor y Edesur de la Nación a la Provincia. “Hubo un intento de traspaso con la creación de un ente compartido con al Ciudad de Buenos Aires, creo que había un plan pero que fue interrumpido, tal vez acelerado, precipitado por los resultados electorales y se constituyó un ente que no termina de estar en funciones, mientras al ente nacional le han pedido que deje de ocuparse. Hoy hay un vacío regulatorio”, sentenció.
“Le hemos pedido al gobierno nacional que también retroceda y deje sin efecto este intento e generar un ente al que ya le nombraron un presidente. Que se vuelva a foja cero, pero no a favor de una empresa, sino a favor del pueblo de la PBA. No vamos a convalidar ninguna maniobra”, agregó.