Por Alfredo Silletta. El ex presidente Néstor Kirchner acostumbraba a decir que los problemas de los gobiernos se resuelven con más política. El gobernador Axel Kicillof lo entendió y ayer, junto a Verónica Magario y Federico Otermín, desplegaron toda la artillería para acordar con la oposición y lograr que esta semana salga el proyecto de Ley Impositiva 2020. En esta amplia negociación hasta participó el presidente Alberto Fernández y se dice en el palacio de la Gobernación que hubo algún intercambio de llamadas telefónicas con la ex vicepresidenta Cristina Kirchner que se encuentra en Cuba visitando a su hija.
Por un lado, Magario y Otermín -de las reuniones también participó Carlos Bianco, jefe de Gabinete, y Teresa Garcia- negociaron con Juntos por el Cambio y anoche, la vicegobernadora presentó una “propuesta muy mejorada” para su aprobación. Explicó que “el porcentaje del 75 % (de aumento del Inmobiliario) cuestionado lleva muchísimas menos partidas y se está hablando del doble del valor fiscal que se venía planteando en el proyecto original”. Añadió que en consecuencia “esto alcanzaría a propiedades que están por encima de los 300 mil dólares de su valor real”. Magario destacó que la idea es beneficiar a los que menos tienen y que los de mayor ingreso hagan un esfuerzo y recordó que “que aquellos que tienen la Asignación Universal no paguen impuestos en la provincia”. Desde el oficialismo también aceptaron reducir las alicuotas de Ingresos Brutos y revisar los impuestos portuarios.
Por su parte, Kicillof durante toda la jornada no dudo en conversar con intendentes y referentes de la oposición y del oficialismo. Alguien cercano contó que el “teléfono de Axel ardía” de tanto uso.
Paralelamente, Alberto Fernández dialogó con varios intendentes de la oposición y durante la mañana de ayer recibió a Néstor Grindetti, jefe comunal de Lanús. El intendente afirmó que hay que encontrar un punto de encuentro y apoyó el núcleo central de la propuesta de Kicillof de “lograr la “progresividad” en el sistema impositivo.
Durante la tarde, Alberto Fernández recibió a Axel Kicillof en el despacho de la Casa Rosada para que no haya dudas que el Frente de Todos está más unido que nunca. “Que nadie dude que este es un equipo que está trabajando unido y que los únicos interesados en dividirnos son la derecha que quiere mantener los privilegios”, dijo un alto funcionario de la Rosada. El dato está relacionado con la campaña feroz de los medios dominantes para mostrar una posible grieta entre el presidente y el gobernador, entre los intendentes y Kicillof o entre Alberto y Cristina.
Las derrotas electorales de 2015 y 2017, cuando el peronismo no estuvo unido, es la tarea de la derecha para debilitar al movimiento que hoy gobierna la Argentina. Como decía Néstor Kirchner a la política hay que meterle más política y los resultados siempre son buenos.