Por Carlos Ruckauf. Con la fuerte caída de la actividad económica y, en consecuencia, de la recaudación es imprescindible ayudar a los Intendentes que son el primer frente de batalla de esta guerra.
Las preguntas son simples: ¿Cómo hace el propio gobernador y los intendentes para pagar a los empleados sin efectivo? ¿Y a los proveedores? Si estos no cobran tampoco pueden pagar a sus empleados.
Pocos tienen espaldas para aguantar un proceso que, en el mejor de los casos, durara 90 días.
En PBA otro problema complicado es que el 50% de la actividad económica está total o parcialmente funcionando en negro.
Cómo hacen los que cobran en negro y no pudieron ahorrar, ni tienen tarjeta de ningún tipo para vivir.
El presidente Alberto Fernández quien conduce esta guerra ha prometido -y cumplirá- que no va a faltar dinero para estas necesidades que acabo de describir.
La cuestión es que si eso se hace por emisión de pesos una parte de ese dinero ira al mercado paralelo del dólar que es luego una referencia para fijación de precios.
Aun en la situación actual los sectores de ingresos altos y medios tienen capacidad de ahorro y consumos diferidos: viajes, compra de bienes, salidas a comer, etc. y ese dinero en la Argentina va al dólar.
Una cuasimoneda emitida limitadamente por acuerdo de Nación y PBA tiene varias ventajas:
- inyectan liquidez y tienen menor impacto inflacionario porque no son aceptadas en el mercado cambiario,
- b) son una emisión provincial con respaldo de la Nación lo que permite regular el flujo de acuerdo a las necesidades de los municipios los próximos meses,
- c) se les puede poner fecha de rescate para dentro de 12 meses por lo cual el Banco Central recién emitirá en es oportunidad.
Me parece fundamental aclarar que solo una parte de la masa salarial y el pago a proveedores debería surgir de esa cuasimoneda para mezclar su uso adecuadamente con el peso.