“Existe una alta probabilidad de que sea extendido el plazo de negociación de la deuda”. Así lo anunció el ministro de Economía, Martín Guzmán, teniendo en cuenta que el próximo viernes vencerá el período de gracia de 30 días para pagar los 503 millones de dólares en concepto de intereses a los tenedores de bonos.
El ministro valoró que se está dando un proceso “en que ambas partes estamos trabajando para lograr un acuerdo”, pero la posibilidad de alcanzar un acuerdo se extenderá más allá del vencimiento de este viernes.
“Estamos en un proceso de negociación con los acreedores completamente comprometidos en resolver el problema de la deuda”, confió Guzmán, a pesar de que incumplir el pago del viernes dejaría al país en un default selectivo.
“Si mostramos que hay voluntad de ambas partes y que las negociaciones no se interrumpieron, la SEC (Comisión de Valores de Estados Unidos, por sus siglas en inglés) habilitaría la prórroga sin problemas a partir del viernes. Tiene instrumentos y potestades para ello”, explicaron fuentes del Palacio de Hacienda.
De esta manera, la Argentina entraría formalmente en default el viernes, ya que el Gobierno finalmente no pagaría los 503 millones de dólares en concepto de intereses de la deuda bajo ley extranjera.
Justamente, al ser consultado sobre lo que ocurrirá pasado mañana, Guzmán prefirió restarle importancia y se concentró en la negociación con los acreedores: “Lo importante es que estamos teniendo conversaciones positivas y cuanto más rápido avancemos, mejor”, al tiempo que consideraba “anecdótico” el vencimiento del 22 de mayo.
El ministro siempre dejó en claro que el objetivo es privilegiar “la sustentabilidad” de la deuda y la recuperación de la economía.
Ahora el temor de los inversores es que las negociaciones se prolonguen no un par de semanas, sino varios meses o incluso hasta fin de año. Esto podría generar más trabas, por ejemplo la aparición de grupos que aprovechen para litigar, aprovechando que la deuda entró en default, habilitando reclamos ante tribunales neoyorquinos.
En general, los inversores celebran el cambio de postura que se nota en el Gobierno, tras el fracaso del canje de deuda que cerró el 8 de mayo. Ahora empezó la verdadera negociación, pero la gran incógnita es cuánto tiempo podría llevar.
Mientras tanto, el Gobierno ya tiene en sus manos las contraofertas de los bonistas que no aceptaron entrar al canje días atrás. Se trata de tres propuestas que están lejos de lo que ofreció la gestión de Alberto Fernández en cuanto al pago de intereses y quita de capital.