La extensa reunión de anoche entre Alberto Fernández, Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta ayudó a bajar la tensión y a la continuación de la cuarentena hasta el domingo 7 de junio. La idea es no aumentar las flexibilizaciones pero mantener las actividades que ya estaban autorizadas, especialmente en CABA.
Más allá de alguna frase de rigor del gobernador que “no hay competencia ni un problema político entre la provincia y la Capital Federal”, prevaleció una posición más dura de no aumentar las flexibilizaciones y un mayor control en el transporte público y más testeos en los barrios populares.
La posición firme del gobernador durante toda la semana, no fue una decisión individual, sino un acuerdo político firme de todos los sectores del peronismo bonaerense para evitar que aumenten los contagios en el territorio. El domingo por la noche se produjo una cena en la residencia de la gobernación de La Plata para mostrar una fuerte unidad en las decisiones que vendrán. Del encuentro con Kicillof participaron Máximo Kirchner, Sergio Massa, Gabriel Katopodis y Fernando Espinoza. Allí se decidió que la provincia mantendrá una posición firme en la cuarentena hasta que bajen los números de contagio y que por ahora, más allá del pedido de algunos intendentes no habrá apertura de comercios.
Uno de los temas que preocupa a la Provincia y a los intendentes es el transporte público, ya que lo utiliza un número importante de bonaerenses que van a trabajar a la Capital Federal. De allí que en la reunión de anoche en Olivos participaron los ministros de transporte de la Nación, la ciudad y la provincia buscando consensos para aumentar los controles de seguridad e impedir posibles contagios masivos en el traslado. Los ministros plantearon incorporar micros en las cabeceras de los ferrocarriles en el Gran Buenos Aires, con la intención que puedan ser utilizados por los residentes del conurbano que se atienden en hospitales de la ciudad o que se tienen que movilizar por otras razones no laborales.
El otro tema central de la reunión de ayer fue el compromiso del gobierno nacional en ayudar en los testeos en los barrios populares, tanto de CABA como de Provincia. El presidente se comprometió en reforzar los controles en los asentamientos y en poner todos los esfuerzos “en parar lo que se desató en las villas de la ciudad”. Horas antes del encuentro con Kicillof y Larreta, Fernández recibió a referentes sociales de los barrios porteños, quienes acercaron reclamos por la situación en los comedores, la falta de agua potable, el subsidio para la compra de garrafas, el aumento de dengue y la necesidad del cumplimiento del protocolo para casos sospechosos de coronavirus, entre otros puntos.