El diputado Máximo Kirchner y el dirigente social Juan Grabois trabajan en un plan para urbanizar las villas, tanto de CABA como del conurbano, con el apoyo del gobierno de Axel Kicillof y de Horacio Rodríguez Larreta. Merece recordarse que la ex gobernadora Vidal durante su gobierno junto al ex intendente Martiniano Molina se opusieron a invertir en las viviendas de Villa Azul. La radiografía hoy es clara: Jorge Ferraresi se encargó que se urbanizara la zona que pertenecía a Avellaneda, mientras que nada se hizo desde Quilmes gobernada por el macrismo.
La idea es urbanizar las villas en los próximos tres años con una inversión del gobierno nacional de 3.200 millones de dólares. El proyecto parte de la ley del Registro Nacional de Barrios Populares que identificó a 4.228 barrios con más de 10.000 habitantes, ubicados en el AMBA. La ley que fue aprobada en el 2018, con el apoyo de todos los sectores, nunca se llevó adelante por la crisis económica que se instaló ese año y por lo cual al macrismo no le intereso invertir.
El contagio masivo en Villa Azul mostró con claridad que el barrio estaba dividido en dos. Casas terminadas por un lado y otra parte de viviendas muy precarias. El presidente fue claro cuándo habló de las dos Argentinas. Por estos días se supo que en el sector de Quilmes no hubo interés ni inversión desde el macrismo que gobernaba la ciudad y la gobernación.
La única obra para la urbanización de Villa Azul se licitó por un monto total de 216 millones de pesos e incluía también obras en Villa Itatí, que está pegada a Azul. Fue en abril de 2019, y la ganadora fue una Unión Transitoria de Empresas (UTE) entre TECMA S.A. y KOPAR S.A, que ya habían hecho años atrás obras similares para el Gobierno de la Ciudad en la Villa 31.
El contrato fue para la “Intervención Urbana y Obras Complementarias Villa Itatí y Villa Azul” y las obras, que incluían “atender las condiciones habitacionales deficitarias y la privación en el acceso a los servicios urbanos básicos”, nunca se concretaron, en parte por impericia de las empresas, pero fundamentalmente porque el Estado provincial decidió postergar su intervención en Azul y priorizar únicamente a Itatí, cuyas condiciones estructurales fueron históricamente menos precarias que en Azul y el trabajo resultaba mucho menos dificultoso.
Mientras que en Itatí se trabajo, en Azul, el Estado directamente se retiró, lo que contrasta fuertemente con el sector de Avellaneda, donde se hizo un abordaje integral, con hasta un jardín maternal, además de las viviendas, afirmaron desde la Provincia.
Otro dato que demuestra el abandono de la gestión Vidal fue que durante el final del mandado de Daniel Scioli se firmó un convenio para la construcción de 152 viviendas pero tanto Vidal como Molina nunca las realizaron. Las obras, según el plan inicial, debían estar concluidas en 42 meses, a mediados de 2019. Cómo quedaron a medio hacer, hubo vecinos desesperados que se lanzaron a tomarlas, pese a que solo se trataba de la estructura precaria del inicio de la obra.
Por estas horas, el presidente Fernández y la intendenta Mayra Mendoza se comprometieron a realizar las obras de Villa Azul para que los dos lados del barrio estén en las mismas condiciones habitables. Paralelamente avanza el proyecto de Máximo Kirchner y Juan Grabois para urbanizar todas las villas en tres años.