El operador ultramacrista pasa por uno de sus peores momentos. Lo que en principio fue el despido del multimedios América por el nulo rating de su programa La Cornisa, para terminar recalando en el canal de La Nación+, ahora suma un pedido por parte del diputado Tailhade y del senador Parrilli de acceder a sus mails espiados por la AFI de Macri, Arribas y Majdalani, lo que podría tener consecuencias imprevisibles si el juez de la causa le da el visto bueno a los dos legisladores del Frente de Todos y les permite analizar el material solicitado, algo que Majul intenta por todos los medios evitar.
En ese marco de incertidumbre, a Majul noche a noche se lo nota cada vez más desesperado y descontrolado desde alguno de sus dos engendros televisivos. No es para menos: tanto Rodolfo Tailhade como Oscar Parrilli, otros de los espiados, quieren saber si los mails robados por los espías macristas, incluidos los del operador Majul, están relacionados con otra causa judicial donde se investigan las presiones a jueces desde la Mesa Judicial del Macrismo.
En palabras del diputado nacional, le pide al juez Martínez de Giorgi, “autorice a tomar vista de los email y comunicaciones relacionadas, por ejemplo, Luis Majul, ya que de dichas comunicaciones podrían existir elementos que demuestren que estamos frente a un plan sistemático creado desde las propias agencias del Estado con complicidad de periodistas para armar o formar una agenda pública de ‘noticias’ judiciales para luego presionar jueces”.
Majul, para contrarrestar ese acceso –que podría significarle inimaginables perjuicios penales-, aduce que sus comunicaciones vía mail pueden contener intercambios con fuentes que están protegidas por la actividad periodística. Pero no es menos cierto que eso vale para el periodismo, no si se comprueba que, como en el caso de su colega operador Daniel Santoro, se cometían delitos con la patente de periodista. Santoro borró la información de su celular, pero Majul no tiene esa opción, ya que la información estaba en la casa de los espías, como cuenta Ari Lijalad para El Destape.
Porque lo que intentan dilucidar Tailhade y Parrilli, a los que Majul llama “perritos falderos” de Cristina –su gran obsesión, que no es otra que la de su jefe Mauricio Macri- es si pueden ser de utilidad para la causa donde se investigan presiones a jueces desde la Mesa que integraban Macri y Arribas junto a Pablo Torello, Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, Pablo Clusellas, Germán Garavano y Juan Bautista Mahiques.
Fue tal el cimbronazo para el conductor de La Cornisa el descubrimiento que sus mail habían sido espiados y podrían salir a la luz, tal como él mismo hizo con infinidad de escuchas ilegales que involucraban a CFK y al propio Parrilli y que según contó el propio Majul las halló haciendo running por los bosques de Palermo un domingo a la mañana, que se presentó como querellante apenas iniciada la causa judicial y pidió que no se divulguen sus mails. “Vengo a solicitar el resguardo en debida forma de los supuestos mails que fueran acompañado como prueba por la denunciante y evitar su divulgación o entrega a toda personas ajena a mis abogados. Ello a fin de no agravar el perjuicio de que fuera víctima”, planteó.
Y reveló algo curioso: “Unicamente autorizo a acceder a mis letrados a lo correos privados que se hayan acompañado como prueba toda vez que no solo existen cuestiones privadas, sino que también patrimoniales (como claves de cuentas bancarias) cuya divulgación o adulteración podrían ocasionarme perjuicio aún mayor”.
Aunque nunca explicó porqué enviaría sus claves bancarias por mail, lo que queda claro es que le preocupa el contenido de sus intercambios. Como bromeó en un tuit Dante López Foresi, la contraseña de facebook de Mauricio Macri sería el CBU de Majul
1 comentario
Jajajaja, cambiate el pañal, petiso mal hecho, este esta detonado.