El impacto que provocó el positivo para Covid-19 de María Eugenia Vidal, con el correr de las horas pasó a un segundo plano, ya que el coronavirus que afecta a la ex gobernadora bonaerense no hizo más que blanquear una reunión secreta que la tuvo como protagonista, junto a referentes de la llamada ala dialoguista del PRO.
Llevaban un año sin hablarse, desde aquella reunión de cierre de listas que terminó en diferencias, portazo y distancia en apariencia permanente. Sin embargo, el viernes último Vidal y el ex presidente de la cámara de Diputados, Emilio Monzó, volvieron a encontrarse. Y con ellos estuvieron el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el senador nacional Martín Lousteau como intermediarios.
Claro, nadie sabía que horas después la ex mandataria daría positivo en el test de coronavirus, y ello obligaría al resto de los asistentes a ese cónclave del Pro “dialoguista” a realizarse los hisopados correspondientes.
El contagio de un dirigente cercano a Vidal, Alex Campbell, llevó a que testearan a la ex gobernadora -que no tenía síntomas- y le diera positivo, lo que terminó revelando un entramado de reuniones reservadas.
Y por supuesto a todos les llovieron críticas por romper la distancia social y eventualmente haberse contagiado, mientras se le pide a la población que no lo haga.
El encuentro en sí mismo es una novedad dentro del espacio: Vidal y Monzó habían empezado a tener diferencias en la campaña de 2015 que llevaron a que el dirigente fuera excluido del armado en provincia de Buenos Aires. Durante los cuatro años de Mauricio Macri en el poder, Monzó fue separado de la mesa chica y, si bien Vidal también tuvo sus diferencias con el es jefe de Gabinete Marcos Peña -un enemigo interno común de ambos- la relación entre ellos nunca se recuperó.
El último episodio ocurrió durante el cierre de listas de 2019, cuando Monzó consideró “una humillación” los pocos lugares que le ofrecía Vidal para su gente, y terminó un encuentro con ella en muy malos términos. Desde entonces, no habían vuelto a verse.
“Lo que hablaron no es tan importante como el mensaje que manda Horacio con este encuentro hacia el ala dura del PRO”, interpretaban desde la línea dialoguista. Un almuerzo de Larreta, Monzó, Lousteau y Vidal se parece bastante a las conversaciones que habían comenzado tras la derrota de Macri en las PASO de 2019, y a las que se empezaron a llamar “posmacrismo”.
Todo parece indicar que la “reconciliación” con Monzó se dio en el contexto del incipiente armado “dialoguista” que tiene por objetivo vertebrar a ese sector para la dura batalla interna que, se prevé, se dará con el sector de los “halcones” de Juntos por el Cambio, en el que sobresalen los titulares partidarios, Patricia Bullrich (Pro) y Alfredo Cornejo (UCR), y que tiene como sostén silencioso pero permanente a Macri.
“Se habló de dialogar más, de moderación, de prudencia”, contó por su parte un dirigente cercano a uno de los cuatro participantes de la reunión, en consonancia con el discurso que Vidal repite en las reuniones por Zoom con militantes de distintos rincones del país. “Horacio mandó con esa reunión un mensaje interno, y los demás que estuvieron también”, afirmaron cerca de la ex gobernadora.
Y “gracias” al coronavirus, entonces salió a la luz que se trató de la primera charla que volvieron a compartir Monzó y Vidal, en un intento por reagrupar a distintos sectores bajo la bandera de Rodríguez Larreta. Eso sí, habrá que ver si terminan de recomponer su relación política. Es probable que el sector que comanda Macri y tiene como lugarteniente a Patricia Bullrich haya tomado nota de este encuentro, que no estaba pensado para ser publicitado en los medios.
1 comentario
OJALÁ SE CONTAGIEN TODOS POR SINVERGÜENZAS!!!