Confianza, compromiso y amor son las palabras que resumen el vínculo que venimos construyendo hace más de 10 años entre el Municipio de Avellaneda y lxs vecinxs de Azul. Los 15 días de aislamiento del barrio, producto del brote de Coronavirus, no fueron la excepción. Estos valores se potenciaron y nos permitieron atravesar la situación codo a codo, solidarixs, juntxs.
Decidimos el aislamiento sanitario del barrio convencidxs de que era la mejor medida para controlar el foco de contagios. Pero sabiendo también que sólo sería posible llevarlo adelante a través de una fuerte presencia y acompañamiento del Estado en todos sus niveles: nacional, provincial y municipal; y, sin dudas, mediante la confianza y responsabilidad de la comunidad de Azul. Y así lo hicimos, como siempre al lado de lxs vecinxs. Transitando la emergencia sanitaria unidxs y poniendo todos los recursos y dispositivos a disposición del barrio.
La estrategia principal fue trabajar articuladamente entre las áreas de Salud, Seguridad y Desarrollo Social de ambos Municipios (Quilmes y Avellaneda) y de la Provincia de Buenos Aires, para abordar de forma integral la situación. En este sentido, creo que es fundamental destacar el trabajo de cada una de estas áreas, que estuvieron presentes las 24hs, y cuya acción fue clave y esencial para lograr y sostener el confinamiento.
Azul es un barrio muy diverso, con distintas realidades y complejidades. Un sector pertenece al Municipio de Quilmes, el otro a Avellaneda. Sin embargo, no hay ningún límite concreto que marque esta división. Parecería ser que la única frontera estaría marcada por la profunda desigualdad. Conviven dos mundos: uno que da cuenta de un estado local presente a través de la puesta en marcha de políticas públicas inclusivas, y condiciones dignas de vida; otro donde las familias viven en construcciones precarias, hacinadas, reflejando la (in) acción de un estado ausente.
En Avellaneda, 400 viviendas sociales, el Jardín Maternal Municipal N° 16, el Centro de Cuidado Familiar y Comunitario, el Polideportivo Municipal “Proyecto Nacional” equipado con dos piletas climatizadas, un cuadrilátero de box, canchas de vóley, básquet, fútbol y un microcine; luminarias, la cobertura en un 100% de cloacas y red de agua potable, son el resultado de 10 años de trabajo de la gestión municipal en el barrio. Este nivel de urbanización permitió que lxs vecinxs pudieran llevar adelante el aislamiento en sus casas, bajo condiciones dignas de hábitat. A su vez, colaboró a detener el ritmo de contagios.
Hoy, cuando el barrio está en boca de todxs, y empieza a ser nombrado y visitado por extrañxs, queda en evidencia cuánto ignoran determinados sectores. El uso del lenguaje, por ejemplo, en el caso del periodismo que habla de “territorio”, de “gente” da cuenta del grado de desconocimiento con el que informan. Para nosotrxs Azul es mucho más que un “territorio” habitado por “gente”. Es el barrio al que llegamos hace 10 años, con todo por hacer, y donde gracias a la confianza y esfuerzo de sus familias y la decisión política del Intendente Jorge Ferraresi, lo levantamos.
Estuvimos (y seguimos) presentes a través de diversas políticas públicas, no sólo con la obra pública, sino en materia de educación, salud, niñez, géneros, deportes. Siempre apuntando a la inclusión e igualdad de oportunidades. Y siempre con un pie en el barrio. Por eso, conocemos a lxs vecinxs. Sabemos de sus problemáticas, historias y experiencias. El grado de cotidianeidad y el vínculo de afecto que fuimos construyendo, fueron clave para planificar la asistencia considerando las particularidades de cada una de las 402 familias, y lograr el cumplimiento de la medida por parte de lxs vecinxs, quienes no dudaron nunca de nuestro compromiso.
Trabajamos día a día escuchando y atendiendo las diversas realidades. Distribuimos alimentos respetando dietas y necesidades alimentarias, carne, pollo, alimentos secos y frescos; entregamos artículos sanitizantes, de limpieza e higiene íntima; garrafas, pañales y medicaciones específicas a quienes lo necesitaron. Brindamos contención emocional y psicológica, abordamos y acompañamos a familias con personas embarazadas o con alguna discapacidad. Dispusimos unidades de traslado para quienes debían salir por motivos de fuerza mayor a realizar estudios y/o tratamientos médicos. Nos ocupamos de gestionar con el Ministerio de Trabajo bonaerense la emisión de certificados para quienes tienen empleo en blanco, brindándoles la tranquilidad de poder quedarse en su casa justificando la excepción. Y garantizamos el abastecimiento de los comercios de proximidad.
Quiero hacer una especial mención para la Secretaría de Salud del Municipio, desde donde trabajaron activamente en la búsqueda puerta a puerta de pacientes asintomáticos y realizando testeos a quienes presentaban síntomas, además de realizar un fuerte operativo preventivo, informando a la población sobre medidas a tomar para evitar contagios. También resaltar el rol del equipo del Observatorio Social de Políticas Públicas, quienes no sólo distribuyeron alimentos y mercadería, sino que brindaron atención y contención a través de cada una de sus subsecretarías: Desarrollo Social; Mujeres, Géneros y Diversidad; Niñez, Adolescencia y Familia. Trabajando constantemente desde la solidaridad y la empatía con la situación que atravesaba cada familia.
Destacar también la función de las fuerzas de seguridad que actuaron con responsabilidad y conciencia, cuidando a las familias desde la proximidad. Desde la secretaría de Seguridad del Municipio se abordó el aislamiento a través de una mirada ampliada sobre la seguridad, convencidxs de que vivir seguros es tener garantizadas las condiciones básicas de vida, la salud, el empleo, y ese fue el espíritu con el que trabajamos en Azul, hoy y siempre.
Recibimos, además, donaciones de distintas instituciones, fundaciones, y privados con quienes estamos enormemente agradecidxs: Fantasía Avícola LC, Adrián Faija; Club Social y Deportivo Defensores de Belgrano de Villa Domínico; Iván Marcone, La Garganta Poderosa; Fundación “La razón de vivir”. Todxs ellxs han colaborado, desinteresadamente, con alimentos, insumos, entregas de viandas.
Entre otras tantas acciones destinadas a brindar soluciones y herramientas a lxs vecinxs, contamos con el aporte del Banco de la Provincia de Buenos Aires que instaló un cajero móvil en el acceso a Azul; la participación de la ANSES que realizó operativos especiales para quienes debían recibir algún cobro; y la contribución del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) que entregó tarjetas de telefonía móvil para fortalecer la conectividad del barrio.
Lejos de poner un cerco policial y generar un “ghetto de pobres”, como escuchamos en las últimas semanas, estuvimos presentes quince días con todas nuestras herramientas, equipos de trabajo y con, lo que no es menor, nuestro profundo amor al barrio, compartiendo el aislamiento con lxs vecinxs.
La experiencia atravesada en Azul debe ser un ejemplo, en todos sus sentidos.
Azul nos enseña sobre solidaridad y trabajo en equipo. Da muestra de un país enormemente injusto y desigual. Es testigo de que no da lo mismo tener un Estado presente, sostenido en el tiempo, a no tenerlo. Nos advierte sobre la necesidad de convertir la urbanización de barrios de emergencia en una política de Estado. Nos convoca a entender la importancia de la política como herramienta de transformación y cuánto mejor nos va como sociedad cuando la política representa al vecinx, y el vecinx confía en ella. Pero sobre todas las cosas, nos enseña que nadie se salva solo, que entre todxs es mejor.