Los trabajadores de la cadena de supermercados COTO denunciaron, a través de una carta abierta, que por falta de protocolos sanitarios en los comercios ya hay 300 contagios por COVID-19 y que la empresa no quiere hacerse cargo de la situación que están padeciendo, por lo que exigen la intervención del Poder Judicial o del Ejecutivo.
Según informó la agencia de noticias NA, los empleados de los supermercados COTO publicaron una carta abierta en la que denuncian que, en los locales de la famosa cadena, hay 300 casos de coronavirus y que la empresa no ha realizado ningún protocolo sanitario de prevención para cuidar su salud y que, además, existen 56 sucursales en las que los trabajadores se desempeñan en condiciones de total abandono. Frente a esto se preguntan “¿Algún fiscal actuará de oficio?, ¿Algún ente de control gubernamental evitará el desastre?”.
Aluden, también, a los gremios, a los que acusan de no movilizarse para ayudar a los trabajadores: “Es de no creer como la empresa COTO deja expuesta la salud pública y todos hacen la vista hacia otro lado: la mordaza de la pauta publicitaria, sus voceros sindicales que ofician de patotas para silenciar a trabajadores y delegados”.
Cabe recordar que esta no es la primera vez que llegan denuncias sobre el abandono que sufren los trabajadores de esta cadena por casos positivos de COVID-19. A principios de junio se conocieron varios en la sucursal COTO de Quilmes, lo que obligó a la intendenta, Mayra Mendoza, a cerrar y desinfectar el local de la avenida Hipolito Yrigoyen 380 y aislar a los empleados por 14 días. También, se dieron a conocer otros casos de contagio, uno en una sucursal de la ciudad de Buenos Aires, en la que aislaron al paciente, pero no cerraron el comercio y otros en los que directamente suspendieron a los trabajadores por denunciar.
Más tarde, el 22 de junio, Eduardo Búfalo, gerente de operaciones de la cadena en Lanús, armó un insólito escándalo para evitar que los inspectores municipales cerraran la sucursal por haberse descubierto varios casos de contagio. En ese momento, este señor, totalmente ofuscado gritó: “¡No la vas a cerrar, como que me llamo Búfalo!”. Dos días después la clausuraron por 48 horas para su desinfección.
Ahora, los empleados que en su carta expresaron “Somos esenciales, no descartables” denuncian que los casos de coronavirus aumentaron en todas las sucursales y están esperando que la Justicia o el Gobierno intime a COTO para cumpla con el protocolo sanitario que, por otra parte, es obligatorio, para que puedan seguir trabajando, pero resguardados de la enfermedad.