El Instituto Independencia publicó un durísimo comunicado sobre el vergonzoso comunicado de Juntos por el Cambio:
“Asistimos a otra aberrante maniobra de creación de sentido en el común de la población por parte de la fuerza antidemocrática que gobernó el país hasta diciembre de 2019. El asesinato de quien fuera secretario de la ex Presidenta y actual Vicepresidenta de la Nación, en el marco de un crimen con ribetes personales y cometido por lumpenes locales pretende ser convertido, desde el minuto cero, en un crimen político por la mano de obra sucia del establishment .
A fin del mandato de Cristina Fernández, el suicidio del fiscal Nisman fue presentado en sociedad como un asesinato, versión que no resistía análisis lógico. El cadáver de un hombre trancando una puerta en un departamento cerrado con llave por dentro con un tiro en la cabeza fue motivo de las especulaciones más delirantes, con espías extranjeros escapando por las cañerías de ventilación inexistentes. Estas hipótesis absurdas machacadas en los medios terminaron instaladas en buena parte de la población como verdades dogmáticas. Cinco años después los paladines de la República, los mismos sectores, intentan seguir inventando un asesinato, sin pruebas ni asesinos .
Esta semana, el señor Gutiérrez apareció asesinado en un terreno lindante a la casa de uno de los implicados en su homicidio. Según las declaraciones de los implicados lo mataron para robarle dinero y llegaron a él a través de la relación amorosa que tenía con uno de los asesinos. Un caso policial oscuro y enmarcado en los delitos comunes.
La oposición gorila comenzó una campaña morbosa basada en mentiras que no resisten argumento alguno para ligar ese luctuoso hecho a la figura de la Vicepresidenta de la Nación, con la misma lógica y las mismas herramientas de hace cinco años.
Hace falta muchísimo más que buena voluntad política para recomponer el contrato de convivencia democrática implícito cuando existen amorales ametrallando cotidianamente y sin pausa, desde los medios, sobre la población. Atentan contra la política, porque es el gran negocio de las corporaciones que representan. Atentan contra la democracia, atentan contra la República embarrando uno de sus poderes, atentan contra la historia, atentan contra el país tal como lo concebimos.
Desde la declamación y con la buena voluntad no se ganará esta batalla delirante que supone la permanente “generación de sentido”, dañando todo lo que sea conveniente dañar. No son dirigentes políticos, son criminales con representación institucional y personeros del poder fáctico. Las reglas de la convivencia democráticas, la ética, la responsabilidad cívica, la responsabilidad histórica no son variables que utilicen estas bestias a sueldo sean legisladores, dirigentes, periodistas jueces o fiscales.
Existe un sector del Poder Judicial absolutamente corrompido y nauseabundo que es imperioso y urgente remover. Las dilaciones en este sentido son nocivas para el Estado de Derecho, debilitado y resquebrajado por el accionar conjunto de este sector institucional de la República, los representantes del macrismo y los medios de comunicación que bombardean diariamente sobre un pueblo agobiado por la pandemia, la economía devastada por la herencia indiscutida de cuatro años de destrucción del aparato productivo y profundizada por estos seis meses del Covid 19 que asola al mundo.
Es muy difícil sortear lo que estos personeros del odio han dado en llamar grieta a la histórica dicotomía de dos modelos de país contrapuestos, cuando del otro lado se montan sobre cadáveres y mentiras para terminar de destruir la convivencia democrática, el Estado de Derecho y el funcionamiento de la República. Su único objetivo es instalar en la población la falsa idea de aniquilación de la política como herramienta de transformación social que garantice el objetivo de una Patria con libertad económica, soberanía política y justicia social.
El escenario está montado, la agenda mediática instalada por ellos, la decisión política de terminar de una vez y para siempre con el barro de la mentira editorializada y sus consecuencias es exclusivamente nuestra”.