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La Plata
22 noviembre, 2024
PAÍS

Apostando al odio, Macri cree que llegó la hora de ser el líder de la oposición más dura al gobierno de Alberto

Envalentonado después del banderazo del 9 de julio, Mauricio Macri tomó la decisión de volver a enfrentar al kirchnerismo levantando la bandera de la institucionalidad y el respeto de las libertades. En otras palabras, y para demostrar que las supuestas divisiones en Juntos por el Cambio son versiones lanzadas por el periodismo, el ex presidente dice que ahora sí está llegando el momento para salir del encierro y volver a ganar un rol protagónico en el universo opositor.

En la intimidad, quienes están cerca de él dicen que en los últimos tiempos, y a la luz de la gravedad generada por la pandemia del coronavirus, Macri reconoce lo afortunado que había sido al perder las elecciones del año pasado y en consecuencia no tener que lidiar día a día con un virus que amenaza al mismo tiempo la vida de miles de argentinos y la economía de millones.

La entrevista del miércoles último con Álvaro Vargas Llosa en la que sostuvo que “el Gobierno ha intentado avanzar sobre las libertades durante la pandemia”, y el mensaje lanzado un día después en las redes sociales mientras se realizaba el banderazo (“¡LIBRES! ¡¡Feliz Día de la Independencia!!”) fueron solo los primeros dos pasos de un plan con el que busca consolidarse como el líder de la oposición más dura al Gobierno, con el objetivo de confrontar directamente con Cristina Kirchner, y no con Alberto Fernández.

“Ni Alberto ni nadie en el Gobierno tiene autoridad para pararla. Está claro que ellos no cambiaron y que los va a tener que parar la sociedad”, se entusiasmó el ex jefe de Estado tras las protestas del 9 de julio.

Más allá de destacar a su círculo rojo que tarde o temprano Juntos por el Cambio no presentará mayores disidencias, Macri nunca dejó de criticar la estrategia que eligió la Casa Rosada para enfrentar la pandemia, y que siguió casi al pie de la letra el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Está convencido de que una vez que todo termine, la comparación con otros países pondrá en evidencia que el enunciado del presidente de priorizar la salud frente a la economía fue equivocada.

Mientras tanto, y con el objetivo de evitar que puedan salir a la luz las diferencias internas y poder avanzar en la idea de mantener a la oposición unida, Macri prefiere cargar todas las culpas al kirchnerismo. “El nivel de conflictividad al que llevan las cosas los K es imposible que no tensione todo”, llegó a decir. Y cuando un colaborador le preguntó qué opinaba de que Alberto Fernández se hubiera referido a Rodríguez Larreta como “mi amigo” durante el acto por el Día de la Independencia, señaló que esas fotos o frases buscan disimular la falta de compromiso del presidente con su promesa de terminar con la grieta. Cree que, en realidad, busca todo lo contrario.

Pasaron sólo siete meses de haber dejado una gestión que pasará a la historia por lo que fueron los salvajes ajustes aplicados durante su presidencia, con todos los indicadores económicos en rojo. Pero, ante el escenario inesperado de los desastres que dejará tras su paso la pandemia, Macri anticipa su intención de darle pelea al Gobierno incluso en ese terreno. “Ellos eran los que iban a llenarle la heladera a la gente y los que le iban a devolver el asado, y ahora estamos peor que hace un año”, lanzó esta semana el ex presidente desde el encierro de la mansión familiar en Acassuso.

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1 comentario

Ale frangar 13 julio, 2020 at 12:43 pm

SIN PALABRAS MENOS AUN COMENTARIOS ESTE INDIVIDUO ESTA EN SUS ULTIMOS AGONICOS EXTENTORES.(aai de simple…)

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