A pesar de la brutal campaña anticuarentena desplegada por los medios hegemónicos y algunas de las principales figuras del macrismo, con el único objetivo de debilitar al gobierno del Frente de Todos, el presidente Alberto Fernández sigue manteniendo un amplio apoyo de casi dos de cada tres vecinos del Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA), lo que representa una mejora de 11 puntos respecto de lo que tenía el 20 de marzo, antes del inicio del aislamiento social y obligatorio. Y algo similar ocurre con el gobernador bonaerense Axel Kicillof, quien logra más adhesión de la que logró en las elecciones del año pasado.
Así lo revela una amplia encuesta realizada por Aresco, la consultora que lidera Federico Aurelio, a la que el diario Página/12 accedió en forma exclusiva. En total se entrevistaron a 4.492 personas de Ciudad de Buenos Aires y los municipios del Gran Buenos Aires, la zona más afectada del país por el covid-19. En el estudio se respetaron las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social. El sondeo se hizo por teléfono, lo que hace presumir que está subrepresentado el sector de menores recursos -seguramente el de mayor adhesión al Gobierno-.
En cuanto a la gestión de Alberto, logra una aprobación del 64 %, frente a un 32 % que califica negativamente su trabajo al frente del país. Al principio de la cuarentena el mandatario rozó el 85 %, que es el fenómeno que ocurre en las sociedades que enfrentan una guerra o una catástrofe: hay un respaldo casi unánime a un líder, porque existe como un sentimiento de unidad ante una grave amenaza.
De todas maneras, el respaldo al presidente es mayor al 53 % que tenía antes de la cuarentena, y 16 puntos más que el 48 % que obtuvo en las elecciones de 2019, aunque en la gestión de la propia crisis sanitaria, la aprobación al gobierno de los Fernández es del 80 %.
Por su parte, las cifras que alcanza Kicillof también son muy buenas: 57 % de aprobación, cinco puntos por encima de lo que sacó en los comicios de octubre del año pasado, cuando aplastó a María Eugenia Vidal, que iba por la reelección. Además, debe tenerse en cuenta la feroz campaña mediática en su contra a partir de la ofensiva permanente contra Cristina Kirchner y la demonización del gobernador bonaerense.
En tanto, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, registra una aprobación categórica (76 %), producto del hecho de que lo respalda gran parte de Juntos por el Cambio, pero también lo aprueba una amplia franja del Frente de Todos, porque les parece bien que esté sentado junto a Alberto Fernández y a Axel Kicillof en todo lo que tiene que ver con el covid-19. Demás está decir que los números no le deben caer bien a Mauricio Macri, Patricia Bullrich y el ala dura de la oposición, que insiste en que hay que terminar con la cuarentena, critica al gobierno de los Fernández y solapadamente también a Larreta.
Lo que también demuestra la encuesta, es una notoria coincidencia con el rumbo decidido por Fernández, Kicillof y Rodríguez Larreta: pese a que los datos de la enfermedad siguen en aumento, se optó por un programa de flexibilización de la cuarentena.
Exactamente el 50 % de los habitantes del AMBA tienen esa postura, a la que bien podría sumarse el 26 % de quienes se pronunciaron por mantener la cuarentena de manera estricta. Esto acerca el total de los que respaldan el aislamiento a casi el 80 %. Del otro lado, aunque hacen ruido con sus confusas marchas a favor de la libertad, queda un 20 % que dice que se debe levantar la cuarentena.
Mientras, y tal como era de esperar, los cuatro meses de cuarentena y las dificultades económicas fueron mutando la mirada de los ciudadanos frente a las urgencias. Al principio, la prioridad absoluta era el virus y poco a poco trepó la preocupación por la situación económica.
De acuerdo al estudio de Aresco, en este julio hay porcentajes casi iguales: 46 % de los encuestados dice que la prioridad es el virus, y 48 % que es la economía. Es otro aspecto del desgaste y la situación de virtual encierro que provoca el aislamiento.
Debe tenerse en cuenta que el 50 % de los encuestados dijo que tiene menos ingresos que en marzo, y el 17 % que directamente no tiene ningún ingreso.
Finalmente, más del 65 % dijo estar de acuerdo en cómo se está negociando la deuda externa, mientras que el porcentaje de los que se oponen es bajo: 25,8 %. Es obvio que estas opiniones variarán si se llega o no a un acuerdo con los acreedores.