Se cumple otro aniversario de la que se conoce como “La Noche de los Lápices”, en la que un grupo de estudiantes secundarios, militantes de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), fue secuestrado en la ciudad de La Plata por el Ejército Argentino y miembros de la Policía Bonaerense, en septiembre de 1976. El hecho quedó plasmado en la memoria colectiva como un ícono de la represión que durante la última dictadura cívico-militar se ejerció sobre los jóvenes. Por estos sucesos, en 1998 se promulgó la Ley 10.671 por la que se estableció que el 16 de septiembre se conmemore el “Día de los Derechos del Estudiante Secundario”. Una de las sobrevivientes, Emilce Moler, cuenta su experiencia en su libro “La larga noche de los lápices”.
Corría el año 1976 y hacía poco que gobernaba la dictadura militar que se había instalado en el poder tras al golpe de Estado realizado el 24 de marzo de ese año en contra del gobierno peronista de María Estela Martínez de Perón. Era un periodo muy turbulento, de una gran violencia política y en el que anidaban las ideas revolucionarias a las que muchos jóvenes adherían y expresaban a través de las distintas organizaciones de tendencia de izquierda de la época.
Por esta razón, los adolescentes pasaron a ser objeto de persecución de los militares, que veían en estas figuras pensantes una amenaza para el Proceso de Reorganización Nacional que se caracterizó, especialmente, por las desapariciones forzadas.
Si bien la noche de los lápices comenzó el 16 de septiembre, los hechos también ocurrieron durante las noches siguientes. Así, en esos días un grupo de jóvenes estudiantes que residían en la ciudad de La Plata y que formaban parte de la UES y de la Juventud Guevarista fueron violentamente secuestrados, torturados y desaparecidos por el terrorismo de Estado.
De ellos, Francisco López Muntaner, María Claudia Falcone, Claudio de Acha, Horacio Ángel Ungaro, Daniel Alberto Racero y María Clara Ciocchini fueron torturados y luego fusilados, aparentemente en 1977, mientras que Pablo Díaz, Patricia Miranda, Gustavo Calotti y Emilce Moler, quienes también recibieron torturas y vejaciones, lograron sobrevivir, ya que fueron puestos a disposición del Poder Ejecutivo Nacional y enviados a cárceles comunes.
Igualmente, todos fueron trasladados a distintos centros clandestinos de detención, entre ellos el Pozo Arana, el Pozo de Banfield, el Pozo de Quilmes, algunas comisarías de La Plata y de Valentín Alsina y el Polígono de Tiro de la Jefatura de la Provincia de Buenos Aires.
Este año, Emilce Moler, una de las sobrevivientes que ha efectuado numerosas entrevistas y charlas frente a estudiantes secundarios y universitarios, decidió contar su historia de manera escrita y publicar La larga noche de los lápices: Retrato de una sobreviviente, libro en el que relata lo que vivió durante sus años de militancia y su paso por los centros clandestinos y la cárcel de Villa Devoto, de donde salió en 1979, con 19 años pero con una libertad “vigilada”, pues seguía siendo controlada por la SIDE.
Moler, en una entrevista a Página 12, expresó que tenía la necesidad de dejar su historia en un escrito para poder explicar mucho más de lo que había contado oralmente, ya que “sentía que se iba simplificando la historia cuando en realidad había que complejizarla, profundizarla, para que hubiera una comprensión, un verdadero legado”.
A lo largo de la charla, explica que en el libro busca romper con esa imagen preconcebida de militante revolucionaria que muchos se hicieron sobre su militancia en los años ’70 o como exdetenida, ya que no tiene nada que ver con su verdadera historia. Confiesa que era una joven con miedos, contradicciones e inseguridades.
Contó, también, que en muchas charlas se quebró frente a los jóvenes, “porque yo veía la cara de esos chicos y en cada cara podía reconocer a la de mis compañeros de militancia. Y al verlos y verme, no podía creer cómo nos hicieron lo que nos hicieron”.
A pesar del horror vivido, Emilce pudo formar una familia y desarrollarse en lo académico, es Bioingeniera y Epistemóloga, y aprecia que los jóvenes de hoy en día puedan expresarse libremente, así lo manifestó en otra entrevista que brindó al medio Télam: “lo que valoro de la militancia es la alegría, la misma que teníamos nosotros cuando lo hacíamos. Lo que nos pasaba era que nosotros no conocíamos la democracia y ahora sí. Por eso digo que eso hay que cuidarlo, y las voces que lo amenazan deben convertirse en susurros”.
El acto de hoy en el ex Pozo de Banfield. La Subsecretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos realizará en el ex Centro de Detención Tortura y Exterminio Pozo de Banfield un acto de conmemoración a los jóvenes detenidos desaparecidos el 16 de septiembre de 1976. El homenaje se realizará en el sitio donde actualmente funciona el Espacio para la Memoria y Promoción de los Derechos Humanos y se anunciará su puesta en valor, entre otras medidas.
Participarán del acto el subsecretario de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, Matías Facundo Moreno, el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla, la Directora provincial de Juventudes del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad, Ayelén López, una representante de la Mesa por la Memoria Verdad y Justicia Ex Pozo de Banfield y autoridades del Municipio de Lomas de Zamora.
El encuentro será a las 15 horas y se transmitirá por el canal de Youtube la Subsecretaría de Derechos Humanos: Derechos Humanos PBA.