Oportunista, marketinero, hablando para la tribuna de los odiadores y, fiel a su estilo, negador de la realidad y mentiroso. Así fue la reaparición pública de Mauricio Macri en su primera entrevista a un medio nacional después de abandonar el poder en diciembre. Fue anoche, en un cara a cara con su amigo Joaquín Morales Solá, por TN, oportunidad en la que reclamó “no al atropello a las instituciones”, y remarcó la necesidad de “restablecer la normalidad en el país”.
En una jugada armada cuidadosamente por Héctor Magnetto a través de su canal de noticias, con un comunicador alineado sin disimulos con el ex presidente, no fue casual que Macri se decidiera a hablar horas después de una nueva protesta anticuarentena, sobre la que, aseguró, “fue espontánea e independiente”, a pesar de que distintos referentes de su espacio convocaron a la marcha que, según los medios hegemónicos, fue multitudinaria y obligará al gobierno de Alberto Fernández a reveer su política, a diez meses de haber asumido.
De esta manera, quedó expuesto el hilo conductor entre la movilización protagonizada por los odiadores de siempre y su discurso contra la actual administración que no sólo debe hacer frente a una pandemia que afecta a todo el mundo, sino a la brutal herencia económica y social recibida después de cuatro años de gestión de Cambiemos.
“Esta cuarentena tiene que parar, confiar en nuestros médicos, en nuestra sociedad, porque el argentino es responsable”, planteó, aunque, eso sí, sin dar a conocer ninguna propuesta para hacer frente a la situación sanitaria. Y agregó: Yo hubiese ido por la línea que fue Uruguay, ser respetuoso de la voluntad de la gente”.
Tal como era de imaginarse, durante la entrevista -que más que eso, por momentos parecía un diálogo entre dos viejos amigos-, Macri no pasó sobresaltos gracias al tono comprensivo y empático de un Morales Solá que no ocultaba su entusiasmo y emoción por tener frente a él al ex mandatario.
Tras subrayar que “el peronismo está secuestrado por Cristina Fernández de Kirchner hace más de 10 años, y eso hace que esté cooptado por la irracionalidad”, Macri, en una particular autocrítica, en realidad culpó de su fracaso en las elecciones del año pasado a un sector particular del PRO: “Nunca debí haber delegado la negociación política, y yo la delegué en mi ala más política, con filo-peronistas”, dijo en referencia a Emilio Monzó y Rogelio Frigerio.
Por supuesto, repitió uno de los argumentos favoritos que levantan en su espacio, y al apuntar sobre la figura de Cristina, dijo que hay “un avance sistemático” encabezado por ella: “La vicepresidenta está conduciendo el Gobierno como todos pensamos que iba a suceder. Tiene una agenda propia en la que ella necesita, bloquear, someter a la Justicia”.
También insistió que su gobierno terminó el 11 de agosto, es decir, el día de las PASO, a pesar de que faltaban dos meses para la elección presidencial. “El 11 de agosto terminó mi gobierno económico. Ahí estábamos en el mismo nivel de pobreza que habíamos heredado. La sucesión de conflictos nos llevó al mismo lugar, para mí fue una enorme frustración. El 12 de agosto tuvimos corrida en los depósitos bancarios”, recordó.
En tanto, aseguró que “nunca existió una orden de hacer ningún tipo de espionaje”, durante su gobierno, y prefirió disparar contra la fiscal Cecilia Incardona y el juez federal Juan Pablo Auge, quienes llevan adelante la causa por el espionaje ilegal de la AFI durante su gestión en los juzgados de Lomas de Zamora. Y ya que estaba, también criticó al juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, quien tiene a cargo la investigación por los espionajes enmarcados en el “Proyecto AMBA”.
En el colmo de su cinismo, y sin ponerse colorado, Macri señaló que “uno puede cometer errores como lo hizo mi gobierno en materia económica, pero siempre alentamos el respeto por nuestras instituciones, la transparencia. Sin un presidente que defienda la Constitución no hay futuro. El resto se puede ir corrigiendo. Mi primera tarea como presidente de la Nación fue defender la Constitución. Es lo que se hace para contener los atropellos en el poder y lo que la gente reclamó hoy”.
Así, el ex jefe de Estado pareció olvidar las atrocidades que cometió durante su gestión, avasallando esa Constitución que dice defender: desde la designación por decreto de dos jueces para la Corte Suprema; la eliminación, por la misma metodología, de la Ley de Medios o los turbios manejos que llevó adelanta con total impunidad y el silencio de los medios, sobre la Justicia.
Y algo más: Macri reconoció que no extraña el poder, “porque la libertad me permitió recuperar el tiempo para la reflexión, la familia. No me veo candidato para las elecciones legislativas. Hoy me veo con vocación de acompañar a los perfiles de liderazgo de nuestro espacio”.
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Este medio informativo le da mucho espacio a las opiniones de Macri. No siempre hace así, en otras ocasiones un simple párrafo o dos