El intendente de Tandil, Miguel Lunghi, contó que mantuvo una conversación tensa con el gobernador Axel Kicillof por el “semáforo sanitario” que adoptó esa ciudad, al decidir dejar el sistema de fases oficial contra el coronavirus, y aseguró que “no es fácil el chiquito” en relacion al carácter del mandatario provincial.
El jefe comunal admitió que la situación se complicó en la ciudad porque la mayoría de los vecinos no respete el distanciamiento social y los casos no paran de crecer. En ese contexto, Lunghi ya planea disponer el “estadio rojo” y retringir de manera drástica la circulación en la ciudad en busca de frenar los contagios, pero los comerciantes se resisten.
“Me le paré al Gobernador en una conversación bastante tensa, no es fácil el chiquito (SIC), le expliqué que no quería apartar a Tandil, salí a defender el compromiso firmado y acordamos que si había un problema cerrábamos. Me dijeron que sí, pero estamos cerrando parcialmente y ahora me dicen que no”, dijo Lunghi en diálogo con El Eco de Tandil en referencia a los comerciantes que no quieren cerrar las persianas y seguir vendiendo online.
Lunghi sostuvo que se decidió generar un esquema propio para otorgar mayor movilidad económica, pero reconoció que todo se complicó porque “no ha habido la seriedad necesaria para manejarse”. “Me comprometí con Kicillof, le dije que tenía firmadas más de cien actas para cambiar de esquema, con algunos no tuvimos comunicación porque nos olvidamos, hay que decir la verdad, pero no importa, la mayoría lo firmó”, dijo.