Una vez más, las patronales de “el campo”, creyéndose dueños del país, definieron un paro a partir del lunes 11 de enero hasta el miércoles 13 inclusive, en rechazo al cierre temporario de las exportaciones de maíz hasta marzo. Según el comunicado oficial, el cese a la actividad agropecuaria fue decidido por Confederaciones Rurales Argentinas, Federación Agraria (FAA) y la Sociedad Rural (SRA).
La primera lectura es que este lockout es un guiño a las bases más duras en contra del Gobierno y un poco de pirotecnia para agitar el fantasma de que se estaría frente al supuesto riesgo de que la medida del maíz sea el comienzo de mayor “intervencionismo estatal”.
Las tres entidades que llevarán a cabo la protesta insistieron “en la necesidad de revisar esta medida absolutamente negativa para los intereses de todos los argentinos, en un marco del diálogo con las autoridades que puedan resolver los destinos del futuro del campo y del país”, en el marco de una reunión celebrada a través de la plataforma Zoom.
Sin embargo, la medida de fuerza no fue consensuada de forma unánime ya que no cuenta con el aval de Coninagro.
“No es momento de parar, pero sí de reclamar. No adherir al cese de comercialización es una medida a favor del país, no a favor del Gobierno”, comentó el presidente de Coninagro, Carlos Iannizzotto.
“No creemos que un problema grave se solucione con otro conflicto, por eso Coninagro no adhiere al paro y apela al diálogo”, expresaron en un comunicado.
La reacción del agro responde a la decisión del Gobierno de suspender temporariamente la exportación de maíz hasta el primero de marzo próximo, cuando arranca formalmente la nueva campaña de venta 2020/21 del cereal. El argumento oficial consiste en la necesidad de asegurar el abastecimiento del grano para los sectores que lo utilizan como materia prima en sus procesos de transformación, como carne de cerdo, pollo, huevos, leche y feedlot.
Esta mañana, el presidente Alberto Fernández se refirió a la medida de fuerza: “Yo hablo de gobernar un país en pandemia y me contestan como si fuera gobernar un país normal, y esto no es normal. Yo tengo que cuidar el bolsillo de la gente porque estamos en una situación muy delicada, muy delicada. Yo no puedo seguir funcionando con la lógica de una economía normal, porque no estoy en una economía normal”.
Agregó que hay “una lucha con la producción de alimentos en Argentina”, y que “el mundo demanda alimentos y suben los precios. Pero los productores argentinos producen en pesos argentinos. Y hace años que no tienen aumentos de luz, gas, tuvieron bajos aumentos en combustibles, tuvieron ayuda de la ATP. Entiendo que el maíz creció mucho y es una gran oportunidad para exportar, pero no entiendo por qué quieren cobrarle al argentino al mismo precio que paga el mundo”, sostuvo en diálogo con Radio con Vos.
Y remató: “El mundo demanda carne, producen en pesos, pero ¿por qué los argentinos pagan el kilo de asado como lo paga un alemán? Es una discusión que estamos dando”.
Por su parte, Gabriel Katopodis, ministro de Obras Públicas, señaló que “no sé si la palabra es enfrentar. Son las tensiones de una sociedad, pero está claro que el Gobierno no se va a mover ni un centímetro, no lo ha hecho. Va a marcar y va a pararse defendiendo el interés del conjunto de los argentinos”.
Para el funcionario, “por una vez, estos sectores a los que les ha ido muy bien tienen que pensar en el interés del país. El Gobierno tiene que asegurar eso y es lo que va a hacer, y por eso tomó la decisión de las exportaciones con el maíz”.
El pasado miércoles el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca suspendió temporalmente el registro de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) de maíz con fecha de embarque anterior al 1 de marzo próximo.
De acuerdo a la cartera nacional, el objetivo es asegurar el abastecimiento interno del cereal hasta que ingrese la cosecha de la nueva campaña.
“Esta decisión se basa en la necesidad de asegurar el abastecimiento del grano para los sectores que lo utilizan como materia prima en sus procesos de transformación, básicamente la producción de proteína animal como carne de cerdo, pollo, huevos, leche y feedlot, donde el cereal representa un componente significativo de sus costos de producción”, explicaron desde el ministerio.