En el marco del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, la vicepresidenta Cristina Kirchner participó hoy junto al gobernador Axel Kicillof del acto en la localidad de Las Flores en el que se dejó inaugurado un Espacio de la Memoria donde supo funcionar la ex Brigada de Investigaciones del lugar y, en ese marco, criticó duro al ex presidente Mauricio Macri por la deuda contraída en su gestión y hasta recordó cómo se enriqueció su familia tras el golpe de Estado de 1976. También pidió al FMI mejores condiciones para renegociar y le pidió “responsabilidad” a la oposición.
“Necesitaron de la desaparición y tortura para imponer un modelo económico. A los que estatizaron sus deudas y apoyaron a la dictadura no les pasó nada. Terminaron más ricos y nos dejaron ese regalo. Entre ellos, la familia y del grupo económico de ya sabemos quién”, señaló la vicepresidenta en una clara alusión al expresidente Mauricio Macri y su padre, el empresario Franco Macri.
“¿O no sabemos acaso, que hubo un presidente que su familia tuvo la suerte de que la deuda millonaria que habían contraido durante la dictadura, se la terminaron estatizando?”, agregó y dijo con ironía: “Qué paradoja, ellos tan en contra del Estado, tan en contra de las intervenciones. Sin embargo, se hicieron bien los otarios cuando la deuda se la tuvimos que pagar todos los argentinos”.
Luego apuntó que “esa deuda monumental fue la más grande de todos los períodos políticos, pero menor a la que se contrajo en los últimos 4 años desde el 2015”.
“Fíjense qué dos extremos: unos irrumpieron contra un gobierno constitucional y generaron una deuda externa superior a los 40 mil millones de dólares. Pero los que los llegaron al gobierno por primera vez por el voto popular, generaron más deuda todavía”, señaló en referencia a Juntos por el Cambio.
En ese sentido, la exjefa de Estado dejó en claro que el gobierno del Frente de Todos “tiene la clara voluntad de pagar la deuda externa, al asegurar que es “el único espacio político que nunca endeudó a la Argentina y pagó las deudas de todos los otros gobiernos”. También consideró que Argentina necesita un acuerdo político entre todas las fuerzas para hacerle frente “a cuestiones estructurales como son el endeudamiento externo y la economía bimonetaria”.
En otro orden, Cristina defendió la política exterior “multilateralista” desarrollada por el kirchnerismo y estimó que en base a ella “con las únicas vacunas” que cuenta hoy el país “son rusas y chinas”. “Nos decían que estábamos fuera del mundo, pero esas gestiones que hicimos cuando fuimos gobierno, son las que nos permiten tener vacunas rusas y chinas para afrontar la pandemia”, afirmó.
La vicepresidenta agregó que no tiene ni ella ni tuvo el expresidente Néstor Kirchner “anteojeras económicas” y que “nunca” confundieron sus “preferencias personales con los intereses nacionales”, al hacer mención a sus vacaciones en Estados Unidos.
“Sé cómo defender los intereses nacionales. No confundan el durazno con la pelusa. A esos que van a festejar los 4 de julio a la Embajada (de Estados Unidos). Alguna fue vestida de vaquera. Es muy de mamarracho. Disfrazarnos así no nos queda bien”, apuntó la vicepresidenta en alusión a la presidenta del PRO, Patricia Bullrich.
En el final, hizo un llamado a la oposición. “Son los que más deberían colaborar para tener más plazo y menor tasa para pagar. Con estos plazos y estas tasas no se puede pagar, porque no tenemos la plata”, indicó sobre las negociaciones con el Fondo para pagar la deuda contraída por el macrismo.
“Este momento es para que todos, más allá de posicionamientos políticos legítimos, los partidos acordemos un acuerdo mínimo sobre el endeudamiento y la economía bimonetaria. Sin eso va a ser imposible gobernar el país”, enfatizó.
De la ceremonia participaron el diputado nacional Máximo Kirchner; y el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, el subsecretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Matías Moreno, y el intendente local, Alberto Gelené.
Además, estuvieron presentes Gladis D’Alessandro, esposa del detenido-desaparecido Carlos Labollita, que fue amigo de Néstor Kirchner cuando ambos estudiaban y militaban en la Plata durante los años ’70.
La ex Brigada de Investigaciones de Las Flores, en el centro provincia de Buenos Aires, funcionó como un centro clandestino de detención durante los años del gobierno militar que se inició en el golpe del 24 de marzo 1976.