Víctima del espionaje ilegal, el nombre del más grande del fútbol estaba dentro de un sistema de alertas silenciosas de la Dirección Nacional de Migraciones
La Dirección Nacional de Migraciones (DNM) puso a Diego Armando Maradona dentro de un sistema que emitía alertas silenciosas para que funcionarios del organismo se enteraran cuando el astro dejara el país, según surge de una denuncia sobre posible espionaje que investiga la justicia federal en Comodoro Py. La inclusión de Maradona dentro del sistema de alertas se dio el mismo día en que salió publicada una explosiva entrevista en la que el 10 criticaba fuertemente al entonces presidente Mauricio Macri.
Era agosto de 2018 y Maradona estaba en Buenos Aires. Había visitado a Charly García un par de días antes y el 17 de agosto de ese año había ocupado la tapa del diario Olé. “Maradona hay uno solo”, decía el título de la portada de la publicación deportiva. Sin embargo, en el interior de la entrevista, había críticas tanto al futbolista Carlitos Tevez por su proximidad con Macri, como al propio mandatario, con quien sus diferencias en el mundo del fútbol y en el campo de la política fueron siempre un clásico.
“Lo veo muy macrista, muy boludo a Carlitos. Si es macrista, ya no es más el Jugador del Pueblo. Si me dice que es el de siempre, el que yo conozco, lo voy a seguir bancando, como hice hasta ahora”, dijo entonces Maradona sobre Tevez.
“Me parece que Macri no entendió nunca qué significa ser argentino”, se despachó sobre el entonces Presidente. “Él vivió toda la vida en Europa o se iba de vacaciones a Brasil, no sé… Porque hay que acordarse de cuando fue a La Boca y dijo ‘fango’ mientras estaba pisando el barro. Barro, barro, es barro… Es tierra y agua, se forma cuando llueve, pero él no lo conoce. Aparte fijate que no sabe leer, yo leo mejor que él y estudié en la General San Martín de Fiorito. Lo que pasa es que el nene de papá también puede ir pasando de grado llevando un día al padre al colegio.”
El mismo día de la publicación de la entrevista, en la DNM cargaron el nombre de Maradona al Sistema Integrado de Captura Migratoria (SICaM) Halcón, que emite un alerta silenciosa cada vez que una persona que está bajo investigación pasa por un control fronterizo. Ni el funcionario ni la persona monitoreada se enteran. Pero, para incorporar a una persona a esos registros, debe haber una orden judicial o de una dependencia que esté realizando una investigación. Según la denuncia presentada por la actual gestión de la DNM, no existía tal orden para mantener a Maradona dentro del sistema Halcón. La única indicación que figuraba en el registro del 10 era a quién se debía avisar del tránsito y que se debía dar de baja el alerta en cuanto Maradona dejara el país. ¿A quién podía interesarle?
Dentro del Sistema Halcón estuvieron cargados, por ejemplo, Cristina Fernández de Kirchner y sus hijos, Máximo y Florencia Kirchner, así como Santiago Maldonado, según el relevamiento hecho por la DNM y aportado a la justicia federal.
Espías espiados
Una de las curiosidades es que también tenía su alerta en el Sistema Halcón el mismísimo Antonio Horacio “Jaime” Stiuso, el otrora hombre fuerte de la Secretaría de Inteligencia (SI). Stiuso tenía vigente un pedido de paradero, que se dio de baja el 30 de diciembre de 2015, pero su nombre siguió en el sistema hasta el 7 de julio de 2016.
Stiuso se había presentado en esta causa en la causa en 2017 para que lo investigaran, después de que se publicaran una serie de notas que lo vinculaban con el espionaje macrista. Decía que esas menciones lo perjudicaban a él, que ya estaba retirado del negocio de la inteligencia.
La causa — inicialmente en manos del juez Rodolfo Canicoba Corral — se había iniciado con una curiosa autodenuncia del director general de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Gustavo Arribas y su número dos, Silvia Majdalani, después de que el 2 de abril de 2017 el columnista de La Nación Carlos Pagni publicara la nota “El pestilente círculo negro del espionaje”, que pateó el hormiguero de los espías macristas.
En ese artículo, Pagni detallaba, por ejemplo, que había espías dedicados a vigilar a Lionel Messi, otro astro futbolístico que se presume podría ser de interés para alguien muy interesado en el negocio de la pelota. Casualmente, en su reciente libro Primer Tiempo, Macri cuenta que hizo volver a Arribas engañado a Buenos Aires al decirle que lo quería para hacerse cargo de la intervención de la AFA — Asociación del Fútbol Argentino –. “Me equivoqué por una letra. No te quiero para la AFA, te quiero para la AFI”, escribió Macri que le dijo a su amigo Arribas, quien colecciona ya tres procesamientos por espionaje — dos en Lomas de Zamora y uno en Dolores –.
Después de esa columna, el propio Macri se comunicó con Pagni para que hablara con Arribas del contenido de la nota. Arribas lo invitó a su domicilio — que era, en realidad, el departamento de Macri en Avenida del Libertador — y le comunicó que se habían autodenunciado. Esa información obra en poder de la Comisión Bicameral de Fiscalización de Organismos y Actividades de Inteligencia.
Jueces en la mira
La causa cambió de manos después de la jubilación de Canicoba Corral. Si bien el juzgado es subrogado por María Eugenia Capuchetti, la jueza debió excusarse por ser una de las tantas magistradas cuyos registros migratorios fueron espiados. El caso está en manos actualmente del juez Sebastián Ramos y del fiscal Federico Delgado.
Según la denuncia de la actual gestión de la DNM, que se acumuló a la causa iniciada en 2017, hubo más de 58.000 consultas sobre distintas personas, cuya privacidad se vio afectada en lo que sería una clara violación de la ley de Protección de Datos Personales. Por ejemplo, la DNM — entonces a cargo de Horacio García, hoy secretario de de Seguridad de Guillermo Montenegro en Mar del Plata — hizo 47 registros de personas cuya admisión a la cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC) había sido rechazada y 460 de personas que iban a participar de la reunión de ministros de Trabajo en el marco de la cumbre del G20. Para eso, es claro que desde la DNM contaban con la lista de acreditaciones que manejaba la Cancillería y en cuyo análisis había participado la propia AFI, según surge de una denuncia presentada en junio por la interventora Cristina Caamaño.
En la causa se investigan los ingresos a la base de Migraciones a través de claves de distintos organismos estatales, ya sea desde la propia AFI, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), la Unidad de Administración Financiera (UIF), la Gendamería, la Policía Federal, el Ministerio Público Fiscal, el propio Poder Judicial, la Policía de Seguridad Aeroportuaria, la Prefectura, la Policía de la Ciudad — que tenía más claves que agentes — y el Ministerio de Seguridad, entre otros.
Desde que la instruía Canicoba Corral, en la investigación quedó claro que los jueces fueron un blanco privilegiado a la hora de revisar sus datos migratorios. Ya hay un prefecto procesado en Dolores por espiar al presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, pero, según pudo saber este diario, sus datos fueron también revisados por la DNM como por la Gendarmería.
En el expediente consta también que desde Gendarmería miraron los datos de según publicó Pagina12 hoy, Sebastián Casanello e incluso desde una delegación de Misiones contestaron que lo habían hecho porque debían proveer seguridad a una actividad en la que el juez iba a participar en esa provincia y que chequearon — casualmente — si ingresaba desde el exterior. Casanello fue blanco de una operación de la AFI para apartarlo de la causa de la llamada ruta del dinero K, que no fue K. Los datos del juez también habrían sido observados desde el Ministerio de Justicia. Son muchos otros en Comodoro Py. María Servini tiene el récord de registros de ingresos a sus datos migratorios, superando con creces la docena.