A horas que empiece la campaña electoral para las elecciones del 14 de noviembre, ayer se realizó en la Casa Rosada la primera reunión de la plana mayor del Frente de Todos para resolver cómo la encararán. Del encuentro participaron el Jefe de Gabinete, Juan Manzur; el ministro del Interior, Eduardo de Pedro; el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof; el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa; el jefe de bloque de diputados del FdT, Máximo Kirchner; el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, y el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández.
Varios fueron los conceptos escuchados en la reunión: “A la gente no le interesa la campaña, necesitan ver qué el gobierno le resuelve los problemas, que está gestionando”. De allí que se resolvió provincializar las campañas, y que cada gobernador se ponga al frente en su provincia. En la charla se analizaron en profundidad la provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, La Pampa y Chubut y las necesidades prioritarias de cada una. El arreglo con el campo para la exportación de carne tiene una mirada en provincias ganaderas como La Pampa, Entre Ríos y Buenos Aires.
El presidente Alberto Fernández no participó de la misma, ya que la nueva estrategia es concentrarse en la cercanía. La idea es visitar distintos barrios, conversar con la gente, sin cámaras ni aparatos. Estuvo en una feria de Dock Sud, con jubilados en Pilar, vecinos de Ituzaingó y ayer en Villa Jardín, un barrio ubicado en Lanús Oeste.
Lo mismo dicen desde el Instituto Patria con relación a la vicepresidenta Cristina Kirchner. Ella estará como siempre y con sus propios métodos cómo fue el misil que lanzó ayer al ex presidente Mauricio Macri y a su familia por el dinero blanqueado en forma ilegal.
Más allá de esta primera reunión, no están muy claros los pasos a seguir. Algunos referentes del FdT afirman que es un error que el presidente dé un paso al costado. “Las campañas las hacen los presidentes, no los candidatos, más allá que estoy de acuerdo que cada gobernador o intendente sea su “propio jefe de campaña”. Por ejemplo, se recuerda que Mauricio Macri decidió entre las PASO y la general de 2019 ponerse la campaña al hombro, recorrer
100 ciudades y recupero 9 puntos, pasando de los 32 a los 41 puntos. “La gente vota o te castiga pero se mira en sus máximos líderes, en este caso el presidente, no el candidato a diputado”, dice este referente de mil batallas en el peronismo.
De la misma manera se espera una campaña más activa de Cristina Kirchner. No alcanza con que vaya a dos o tres megaactos, se la necesita caminando la provincia como en el 2017. Que visite fábricas, que se reúna con los vecinos o comerciantes, que vuelva al mano a mano.
Más allá que se resolvió una pausa en la interna del Frente de Todos, llamaron la atención las declaraciones del intendente de Escobar, Ariel Sujarckuck, quien expresó que “no hay manera de revertir en noviembre la derrota de las PASO, debemos ya ponernos a pensar cómo refundar el gobierno y recuperar las bases por las cuales nos eligieron”. Luego agrega: “Hay que tomar conciencia de que la gente se siente cada más lejos de las propuestas del gobierno porque sencillamente no las entiende y no ve el rumbo”. El jefe comunal afirma que “no soy el único que lo piensa”, cuestiona al gobernador que se “encerró” en su anterior gabinete pero aclara que no “va a romper” y siempre “con los pies dentro del plato”.
Desde la militancia, la mayor preocupación no es tanto si cambia o no el gabinete o si las campañas se nacionalizan o se provincializan. Como dice Artemio López, el fracaso del gobierno se debió a la caída salarial, con los niveles de jubilación y pensión que rozan la indigencia, la informalidad laboral o el precio de los alimentos. “La gente no dejó de ir a votar porque le gustaba o no un ministro, la gente no fue porque no había plata en los bolsillos, ese es el tema a solucionar y como un ejemplo de madurez no votó al macrismo sino que se quedo en sus casas como protesta por el rumbo del gobierno”, dice Artemio López.
Desde este sector del FdT, mucho más crítico, señalan que es urgente una corrección del rumbo económico, frenar la inflación y parar el aumento de alimentos. “Mientras un litro de leche cueste 100 pesos y un kilo de carne mil no hay solución posible por más micro mejoras que haya en el salario mínimo o las jubilaciones”, dice un dirigente barrial.