Envalentonados como están después de lo que ocurrió en las PASO, en Juntos por el Cambio ya no necesitan disimular ni ocultar cuáles son sus verdaderas intenciones en caso de que en las legislativas de noviembre el oficialismo no logre revertir el resultado del 12 de septiembre, y así como hablan abiertamente de cercenar históricos derechos de los trabajadores, también anunciaron que se lanzan a apoderarse de la presidencia de la Cámara de Diputados, mientras endurecen un discurso que se derechiza aún más día tras día.
Las recientes declaraciones del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, a favor de la eliminación de la indemnización por despido para ir hacia un sistema de seguros, no fueron precisamente dichos aislados, sino que forma parte de una avanzada del macrismo para poner fin a las históricas conquistas laborales del peronismo.
Días antes de las PASO, Larreta dijo que Argentina debe reemplazar el modelo de indemnización por un seguro de desempleo y dijo que “nadie toma un empleado en nuestro país” con el sistema actual.
Tanto es así, que esas expresiones tienen su correlato legislativo en un proyecto de ley que presentó el diputado nacional del PRO Héctor Stefani en la Cámara baja.
En la iniciativa, se plantea falsamente que “el presente proyecto pretende superar los obstáculos que existen hoy en materia de costos laborales mediante una reforma que instituye un nuevo Seguro de Garantía de Indemnizaciones (SGI), el cual otorgue beneficios a los empleados pero que, a su vez, disminuya el costo para las empresas y fomente la creación de más puestos de trabajo en el sector privado”.
Y mientras el país atraviesa uno de sus períodos de salarios en dólares más bajos de los últimos tiempos, gracias precisamente a las políticas implementadas por el macrismo, la candidata a diputada de la alianza neoliberal Juntos por el Cambio, María Eugenia Vidal, lanzó una nefasta propuesta para reducir el desempleo juvenil.
La ex gobernadora bonaerense propuso reducir a la mitad de un salario mínimo la remuneración de los jóvenes, al considerar que, cobrando esa miserable cantidad, la dirigente opositora sostiene que habrá mayores incentivos de las empresas para contratar jóvenes.
“Otra propuesta es que nuestros jóvenes tengan la mitad de un salario mínimo cuando entran a trabajar”, planteó Vidal en declaraciones televisivas, lo que “va en la línea de que nuestro sector productivo se recupere”.
En esa misma línea, quien la secunda en la lista de candidatos porteños, Martín Tetaz, sostiene que “hay que dar una discusión sobre las reglas laborales. Dinamarca tiene una flexiseguridad que combina libertad para entrar y salir de la relación laboral cuando vos quieras, y eso tiene que ser así, pero después tiene un seguro de desempleo decente”.
Y algo más del mediático economista que hasta hace tres meses se presentaba como independiente: junto con otras voces de la alianza opositora, se viene manifestando en contra del etiquetado frontal de alimentos y bebidas para reducir el consumo de productos que afectan la salud de las personas.
En este contexto en el que desde ese espacio salen a mostrar su verdadero rostro, la dirigente Florencia Arietto, muy cercana a Patricia Bullrich, no tuvo reparos en afirmar que la prestigiosa Universidad de Buenos Aires hoy es “un antro del kirchnerismo, es un desprestigio”.
A todo esto, y mientras no pierden oportunidad de agitar el fantasma de un posible fraude en las legislativas de noviembre, Vidal introdujo en el debate la intención opositora de quedarse con la presidencia de la Cámara de Diputados.
A horas del inicio formal de la campaña para esos comicios, la ex gobernadora bonaerense aseguró que la coalición opositora tiene la “oportunidad” de quitarle el quórum al kirchnerismo en el Congreso y desplazar a Sergio Massa de la presidencia de la Cámara de Diputados, en caso de que la fuerza que integran Pro, la UCR y la CC se convierta en la primera minoría tras las elecciones generales del 14 de noviembre.
De esta manera, Vidal se alineó con la postura que fijó Elisa Carrió, la líder de la CC, quien sostuvo que la presidencia de la Cámara Baja le corresponde a la primera minoría. “Si nosotros somos primera minoría, tenemos el deber institucional de presidir la Cámara de Diputados”, indicó.
La respuesta desde el Frente de Todos no tardó en llegar, con acusaciones a la coalición opositora, a la que adjudicó la intención de poner en marcha un “golpe institucional” en el Parlamento, advertencia a la que se sumó, entre muchos otros, el ex diputado y ex apoderado de la CGT, Héctor Recalde, quien recordó que “en 2016 el FpV-PJ era la primera minoría” y sin embargo “no puso ningún inconveniente para que la Cámara de Diputados fuera presidida por Emilio Monzó”, legislador de Cambiemos.