La disputa entre las principales figuras de Juntos por el Cambio por la candidatura presidencial de 2023 arrancó en la noche del último domingo, mientras desde cada sector hacían diferentes lecturas sobre lo que la ciudadanía había expresado en las urnas.
Es que, más allá de lo que indicaban los fríos números que ciertamente daban cuenta del triunfo de la alianza opositora, la remontada del Frente de Todos les impidió disfrutar de un lunes que -tal como lo imaginaban con la complicidad de los medios hegemónicos- tuviera masivas renuncias de funcionarios, un dólar blue con suba récord y una situación crítica tanto política como económica, en base a una arrolladora diferencia de votos que finalmente estuvo lejos de producirse.
Demás está decir que esta situación dejó un clima de tranquilidad en el oficialismo, mientras que Juntos por el Cambio vio atragantado su festejo y reveló gran parte de su impotencia tras no haber podido capitalizar la victoria e, incluso, no haber podido sacar mayores diferencias.
El hecho es que en Juntos por el Cambio ven con preocupación la pérdida de votantes en los dos principales distritos electorales del país (provincia de Buenos Aires y CABA), explicada principalmente por el crecimiento de los liberales y libertarios representados por Javier Milei y José Luis Espert, lo que además ratificó uno de los mayores errores del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
La frustración y el enojo en ese espacio se reflejó en las declaraciones de varios dirigentes que, enfurecidos, cruzaron al Gobierno por “festejar” la gran remontada en diversos puntos del país tras haber escuchado el mensaje de las urnas en las PASO, y haber puesto en pie una campaña de mayor impacto territorial.
“El clima era malo. Ganaron todos, pero ninguno quedó mejor posicionado”, contaron fuentes del macrismo sobre cómo se vivía en el búnker de Costa Salguero los resultados de los comicios.
Uno de los que salió al cruce del Frente de Todos fue Mario Negri, quien lanzó: “Nos preocupa profundamente que el Gobierno evada la realidad y no reconozca la contundente derrota que sufrió en las urnas”. Justamente, el cordobés cayó ante Luis Juez en las PASO y no pudo continuar con sus intentos para llegar al Senado de la Nación. Por otro lado, enojado, agregó: “Deben dejar de lado las ideas de hacer política espectáculo y ponerse a trabajar”.
Y el clima se enrareció en cuestión de horas: el domingo Mauricio Macri decía que ya estaba listo “para una transición” a raíz de la cantidad de votos que esperaba en las generales. Es que, en el ambiente opositor se esperaba una ampliación en las cifras obtenidas en las PASO y, en la previa, hasta se animaron a tratar de disputar la presidencia de la Cámara de Diputados. Sin embargo, todo quedó en la nada a la luz de los resultados en todo el país y, sobre todo, del acercamiento a menos de dos puntos de distancia que tuvo el Frente de Todos en Provincia.
Como si fuera poco, Macri y Patricia Bullrich le recriminan a los radicales y a la Coalición Cívica de Elisa Carrió, que en la Provincia trabaron una alianza con José Luis Espert, de Avanza Libertad, que quería conformar un gran frente opositor. Finalmente, con 7 puntos, privó a Juntos por el Cambio de ganar claramente en el distrito más grande del país y debió conformarse con una ventaja de 1,3 % sobre el Frente de Todos con Victoria Tolosa Paz.
“Hoy tendríamos más diputados que el Frente de Todos”, dijo un dirigente cercano a Macri. “El enroque que hizo Horacio de Vidal a la Ciudad y Santilli a Provincia terminó perjudicando”, aseguraban.
Mientras, desde el sector de Patricia Bullrich no dudaban de que si la presidenta del PRO hubiera sido candidata en CABA no se hubiesen fugado tantos votos para Javier Milei y hubiera superado el 50 %.
Finalmente, Vidal no pudo cumplir su objetivo de superar el 50 % y lograr 10 diputados para JXC y se quedó en 7. Milei se llevó dos diputados con 17 puntos. Muchos en Juntos por el Cambio consideran que Bullrich podría haber tenido mayor porcentaje de votos de electores que rechazaron el discurso moderado de Vidal y de Larreta.
Como si fuera poco, en las últimas horas fue el mismísimo Macri quien puso en duda la continuidad de la coalición y apuntó directamente contra Horacio Rodríguez Larreta.
Anoche, durante una entrevista con su amigo Joaquín Morales Solá en TN, el ex presidente habló de las internas que se empezaron a producir dentro del espacio. A los conocidos choques entre “halcones y palomas”, ahora también apuntó a que esa situación puede generar tensiones dentro de Juntos por el Cambio.
Al respecto, aseguró que su coalición está en riesgo y que “es precavido”. Si bien no nombró a quiénes se refiría, sostuvo que dentro de JxC “hay muchos curas que quieren ser Papas, otros que quieren ser cardenales y otros obispos”. Sin embargo, aseguró que “hay que dejar de lado las ambiciones individuales”.
Si bien no lo nombró, Macri buscó ponerle un freno a Rodríguez Larreta, y aseguró: “Nace una nueva era que significa una nueva oportunidad. Radica en no repetir los mismos errores. No se puede ir del derrotismo al exitismo”.
Y agregó: “No es que se pierde una idealización y nace otra. Vamos buscando un líder mesiánico, un salvador y el último salvador fue Diego Armando Maradona. Hoy ningún dirigente tiene que ocupar ese lugar”. Esta frase, justamente, es en clara referencia al Jefe de Gobierno quien busca armar una construcción de liderazgo dentro del espacio.
Para completar el panorama, a Rodríguez Larreta le preguntaron sobre los dichos del ex presidente en cuanto a si los próximos dos años serán de transición. Y marcando sus diferencias con Macri, sostuvo que “no hay ninguna transición. Hay un Gobierno que está elegido hasta el 10 de diciembre de 2023″.