A un mes de las elecciones legislativas, en las que el triunfo motorizaba sonrisas y felicidad entre el universo de Juntos por el Cambio, la realidad se encargó de demostrar que, muy lejos de esa pretendida unidad que intentó mostrar el principal espacio opositor, las discusiones y peleas se tradujeron en divisiones que no hacen más que mostrar que estamos en presencia de una auténtica bolsa de gatos, de todos contra todos, con un final incierto.
Lo concreto es que, tomando como epicentro lo que viene ocurriendo en la Cámara de Diputados, la bancada del radicalismo se rompió en dos, mientras que el interbloque de la oposición pasó de estar conformado por tres bloques, a diez.
De esta manera, en las últimas horas Juntos por el Cambio pasó de estar conformados por el PRO, la Coalición Cívica y la Unión Cívica Radical, a sumar siete bloques más, exteriorizando así a los niveles que llegaron en esa lucha por ocupar espacios de poder.
Ahora, en la próxima reunión del bloque, a los tres presidentes Cristian Ritondo (PRO), Juan Manuel López (CC-ARI) y Mario Negri (UCR), se le sumarán Rodrigo de Loredo por Evolución Radical; Margarita Stolbizer, por Encuentro Federal; Marcelo Orrego, de Producción y Trabajo; Ricardo López Murphy, por Republicanos Unidos; Javier Poggi, por Avanzar San Luis; Carlos Zapata, por Ahora Patria, y Paula Omodeo, que aún no nombró a su unibloque.
Incluso, todavía queda por definir quién ocupará el rol de presidente del interbloque, algo que recién se definiría en febrero de 2022 en medio de la interna que, por un lado, vive la UCR y, por el otro, por la multiplicación de los bloques.
El hecho es que este caótico panorama también muestra la forma en la que Juntos por el Cambio está administrando la victoria de hace un mes en las urnas. Aunque la discusión entre la bancada de la UCR y de Evolución Radical es la que tomó mayor relevancia, la creación de los otros seis bloques es observado con preocupación por algunos analistas, en especial del PRO.
Y mientras se esfuerzan por asegurar que estas divisiones no repercutirán a la hora de votar, porque “todos están en el paraguas de Juntos por el Cambio”, no son pocos los que desconfían. “En los temas más importantes puede ser que se muestre unanimidad, pero ahora hay que negociar con los 10 bloques la posición. Si no quedan todos relativamente contentos puede ser que se te escape algún voto en el medio de la discusión”, reconocen.
En tanto, desde el Frente de Todos miran en silencio cómo los opositores se pelean entre ellos, y aprovechan que, por lo menos en la Cámara de Diputados, el oficialismo se muestra unido en contraposición a lo que está viviendo Juntos por el Cambio. “Es un problema a resolver porque la organización del interbloque ya es difícil entre tres o cuatro bloques, con diez es aún mucho más difícil y eso genera roces, rispideces. Además de que hay un problema de discusión de exposición y eso también va a generar problemas”, resumieron.