El ex presidente Mauricio Macri fue claro y contundente con Astilleros Río Santiago cuando en una reunión dijo que “al Astillero habría que dinamitarlo”. Le faltó aclarar si con los trabajadores adentro. Su principal alumna, la ex gobernadora María Eugenia Vidal se dedicó a perseguirlos.
Los trabajadores del Astillero, ubicado en Ensenada, contaron como fue el accionar de la Gestapo antisindical con ellos. Hubo presiones, robos extraños, atentados a sindicalistas nunca aclarados, represiones, campañas de fake news. Todo un accionar orquestado contra la empresa estatal que debería ser un modelo a estimular, porque puede permitir desarrollar la industria naval en Argentina.
En una nota publicada por Página 12, Francisco Banegas, del gremio ATE cuenta que le pedían una audiencia a Vidal y nos atendía a golpes. “En 2018 fueron reprimidos varias veces, pero en una “no hubo muertos de casualidad”, por la brutalidad de la policía comandada por Cristian Ritondo, ladero de Vidal”, dijo el dirigente sindical.
Desde el ministerio de Economía nos amenazaran para privatizar la empresa y la consigna para que aceptaremos fue brutal: “Hay dos salidas, con sangre o sin sangre”.
“Después del golpe del 76 lo peor que vivimos fue el 2018. La represión y las persecuciones que vimos no lo vivimos en los 90, cuando nos querían destrozar pero ni se acercaba a este plan siniestro”, dijo Banegas.
Según se puede ver en los documentos del Ministerio de Trabajo provincial que publicó Infogremiales, un portal especializado en temas sindicales, los planes del gobierno de Vidal para el ataque al Astillero Río Santiago y al sindicato ATE de Ensenada en 2018 estaban divididos en tres líneas de acción: la agenda económica; la agenda judicial y la agenda pública. En la primera, los funcionarios macristas describían mes por mes los derechos laborales que querían eliminar como el pago por horas extra, el comedor, las vacaciones, las jubilaciones, la nocturnidad y las licencias gremiales, entre otros. Todos items que generarían un clima de conflicto provocado que les permitiría alcanzar el objetivo que Villegas había enunciado un año antes: “Si yo pudiera tener una Gestapo, una fuerza de embestida para terminar con todos los gremios, lo haría”.
En el escrito del Ministerio bonaerense, que descubrió Infogremiales, puntualizaban que había que realizar una “construcción del enemigo”, y dejar en claro que “no es contra los trabajadores de la provincia”, sino porque “no es justo que los bonaerenses financien los privilegios de los gremialistas”. También subrayaban que había que realizar “acciones que permitan seguir construyendo el perfil del enemigo, es decir de las mafias que temen perder sus privilegios”. Esas acciones, según explicaban, permitirían “crear el perfil de la mafia que queremos combatir y de ese modo justificar en el frente comunicacional las medidas de gestión que tomemos”.