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La Plata
16 noviembre, 2024
PAÍS

La guerra obliga al Gobierno a tomar decisiones drásticas para enfrentar los tiempos difíciles que se vienen

Por Eduardo D’Argenio.- Como en toda guerra, el conflicto bélico que tiene como protagonistas centrales a Rusia y Ucrania, no permite vislumbrar por ahora su extensión en el tiempo, aunque sí tomar conciencia de que su impacto en el mundo afectará por supuesto a la Argentina, sobre todo por la vía de las materias primas, que ya vieron disparar sus precios en las últimas semanas, y todavía más desde la madrugada del jueves, cuando Rusia tomó medidas militares contra su país vecino.

Por eso mismo, ante el dramatismo de la hora y por la situación de emergencia que inexorablemente provoca una guerra, en el Frente de Todos ya empiezan a escucharse voces que alientan a que éste es el momento indicado para que Alberto Fernández asuma un rol protagónico para hacer frente a los difíciles tiempos que se avecinan. En otras palabras, reclaman coraje por parte del presidente.

Y hasta llegan a imaginarlo junto a su vice, Cristina Fernández, presentándose ante la sociedad para advertir precisamente que, como las esquirlas de un disparo, los efectos de este conflicto bélico golpearán a cuestiones claves de la economía.

Por un lado, la suba de las materias primas, por una menor oferta global, podría mejorar los ingresos de las exportaciones argentinas, pero encarecerá el costo de la energía (gas y petróleo), lo que atizará todavía más los actuales niveles altos de inflación. Por su parte, se estima que el fortalecimiento del dólar como refugio presionará el tipo de cambio frente al peso, lo que comienza a reflejarse en la suba de las variantes de las divisas en el mercado financiero.

En tanto, se descuenta que el petróleo aumentó por encima de los 92 dólares, la soja arriba de los 615 dólares, mientras que el trigo superó los 321 dólares en la tarde del jueves.

“Para Argentina tiene impacto en el sector externo como fiscal. Va a ser un ingreso extra, lo que facilita la posición frente al FMI”, analizó Martín Burgos, coordinador del departamento de Economía Política del Centro Cultural de la Cooperación. “Sube el precio de los commodities y es probable que siga por algunas semanas. Esto nos agarra justo al inicio de la cosecha, lo cual es bueno para Argentina”, razonó ante El Destape.

No compartió ese optimismo Mara Pedrazzoli, economista integrante de Paridad en la Macro, respecto del aumento en las materias primas, el gas y de algunas importaciones. “Un aumento en el precio del gas complicaría aún más la balanza comercial en un momento en que las importaciones vienen creciendo mucho”, opinó. En concreto, en 2021 Argentina registró un déficit energético de 2.000 millones de dólares.

“La proyección de que puede escasear el petróleo a nivel mundial por la provisión de Rusia, esto puede ser un peligro para el precio”, planteó la economista. Esto tiene en cuenta que el país acostumbra comprar del exterior gas durante el invierno. “El precio de las importaciones energéticas argentinas subió 67 % en el segundo semestre del año pasado”, esbozó.

Ante este panorama que genera no poca incertidumbre, se descarta que, como si fuera poco, esto va a generar una presión adicional en el precio de los alimentos en el mundo y, especialmente, en la Argentina, por lo que la inflación podría seguir trepando.

Y en ese ejercicio de imaginar a un presidente asumiendo el rol de fortaleza que la hora impone, cerca de Alberto Fernández plantean que llegó el momento de tomar decisiones drásticas, y que en esa dirección no habría que descartar el llamamiento a todos los actores sociales, económicos y políticos, para hacer frente a una situación límite como la que se está viviendo por estos días.

En ese planteo, hasta llegan a sostener que lo más correcto sería hacer un llamamiento a la sociedad para ahorrar energía, al menos durante el tiempo que se extienda la guerra entre Rusia y Ucrania.

Para colmo, el conflicto encuentra al país en medio de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), donde el Gobierno busca comprometerse a una baja del déficit, con una reducción de los subsidios a la energía, algo que cada vez parece más difícil.

El propio secretario de Energía, Darío Martínez, anticipó que, por la evolución del conflicto en Ucrania se estima que se necesitarán en Argentina entre 3500 y 4000 millones de dólares para comprar Gas Natural Licuado (GNL) durante este invierno, por la escasez de gas natural en Europa.

Por eso, el aumento del precio de la energía (gas y petróleo) afectaría negativamente a la Argentina -que es un importador neto- encareciendo el precio GNL, el gas natural licuado que llega en barcos al país.

En este marco, la Secretaría de Energía había calculado para este año un precio medio de 25 dólares el BTU, incluyendo el costo de regasificación, el triple de lo pagado en 2021. Sin embargo, la evolución del conflicto estima que se necesitarán hasta casi 4000 millones de dólares adicionales para comprar el combustible.

Así, se anticipan mayores presiones inflacionarias y, en el corto plazo un fortalecimiento del dólar, a partir de lo que ocurra en función del conflicto y las medidas económicas que se tomen, por lo que en el corto plazo es muy negativo para el país, porque genera presiones en los precios internos, principalmente de lo derivado en el costo de la energía, lo que obviamente implicará profundizar los subsidios para convalidar estos mayores costos.

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