Se vienen días claves para evitar que el Consejo de la Magistratura deje de funcionar, o quede en manos de la Corte

En una auténtica carrera contra reloj, el oficialismo intentará en los próximos días cubrir cargos judiciales considerados claves, antes de una nueva conformación del Consejo de la Magistratura, y sobre todo, por la incertidumbre que se genera en cuanto a que el viernes vencerá el período de la composición actual del organismo o, directamente, su eventual cierre.

De ahí la necesidad de Gobierno por apurar la designación de jueces federales en lugares estratégicos de los tribunales de Comodoro Py. Por ahora, le faltaría un voto para poder conseguir esos nombramientos.

El hecho es que, de no haber cambios de último momento, el viernes venidero el Consejo deberá volver a una composición de 20 miembros porque así lo dispuso un fallo de la Corte Suprema que consideró inconstitucional la integración actual, dispuesta por una ley impulsada por Cristina Kirchner durante su presidencia.

El oficialismo busca desde hace tiempo aprobar la conformación de las ternas para la designación de los jueces que ocuparán tres juzgados de Comodoro Py, y otros dos en la Cámara Federal.

En el caso de que no se volviera a la integración de 20 miembros antes del viernes 15, cuando vencerá el plazo, el Consejo quedaría anulado para tomar las decisiones que tienen que ver con concursos para cubrir vacantes en juzgados, sanciones y actos administrativos, entre otras competencias.

Para poder avanzar con esas designaciones, el oficialismo necesita los votos de los dos tercios de los consejeros de la Magistratura. Es decir, debería alcanzar nueve votos para aprobar esas ternas y enviarla al Poder Ejecutivo. Como queda un plenario más, volverá a intentarlo pasado mañana.

En el oficialismo –con un cálculo optimista– confían en que tienen ocho votos y les falta solo uno, mientras que entre los opositores impera la orden de no votar nada.

De esta manera, la semana próxima debería empezar a funcionar un nuevo Consejo, con 20 miembros, siete más que hoy, y con la presidencia de Horacio Rosatti, titular de la Corte Suprema, al frente del organismo.

Para eso, la Cámara de Diputados y el Senado deberán nombrar, cada uno, un nuevo representante, que deberá ser de la “segunda minoría” de cada una de las cámaras. La oposición reivindica esos cargos, pero el oficialismo sostiene que por cómo se designaron los consejeros anteriores, ahora les toca nombrar al oficialismo y a la izquierda.

Todo indica que el Congreso no enviará a nadie. Empezará entonces un nuevo frente de conflicto, pero antes resta la sesión del miércoles, la última, en la que el kirchnerismo hará su intento final de destrabar los concursos más sensibles.

En tanto, el jefe del bloque de diputados del Frente de Todos (FdT), Germán Martínez, reiteró que “es un desatino” pedirle a la Cámara baja que aborde en “solo tres días” la reforma del Consejo de la Magistratura dispuesta por el fallo de la Corte Suprema de Justicia.

“Los diputados y senadores opositores que desean asumir en el Consejo de la Magistratura a partir del 15 de abril deben saber que estarán convalidando a una Corte Suprema que está asumiendo facultades legislativas”, subrayó Martínez en declaraciones a radio AM990, sobre el fallo del máximo tribunal que obliga al Congreso a sancionar una nueva ley para regular el organismo y elegir a sus nuevos miembros en un plazo de 120 días.

El Senado dio media sanción la semana pasada a una propuesta de 17 miembros, sin la presidencia a cargo del titular de la Corte, Horacio Rosatti, como establece la ley vigente hasta 2006, cuando fue reformada por iniciativa del kirchnerismo y redujo sus miembros a los 13 actuales.