En medio de las incesantes turbulencias provocadas por los llamados “mercados financieros”, fantasmas que se agitan por el aumento imparable de los precios, y anuncios en materia económica que se hacen esperar, en el Gobierno empezaron a hablar sobre la necesidad de convocar a la oposición para intentar un acuerdo que, al menos, calme las turbulentas aguas que se traducen en un creciente descontento social.
En este marco de un virtual estado de emergencia por la falta de dólares que está disparando las cotizaciones de la divisa estadounidense, en el Gobierno también buscan que el campo liquide la cosecha: el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, estima que hay 14 mil millones de dólares que aún no se liquidaron.
Quien hizo explícita la necesidad de dialogar con la oposición fue el gobernador Axel Kicillof. Durante un acto en Florencio Varela, el mandatario bonaerense afirmó: “No pido nada más que eso. Nosotros no somos del odio, ni de la agresión, ni de la violencia. Vivimos cuatro años de esas desgracias, y hoy necesitamos ayuda, también de nuestra oposición”.
En tanto, desde la vereda de enfrente al Gobierno ya rechazaron cualquier alternativa de una convocatoria al diálogo. En medio de la suba del dólar y el aumento de la inflación, varios referentes de Juntos por el Cambio y de otros partidos cuestionaron el llamado eventual a consensuar políticas que, en voz alta, sugirió Kicillof.
Como muestra de esa negativa, la titular del PRO, Patricia Bullrich llegó al extremo de autoproclamarse como una especie de salvadora de la Patria, cuando en el programa de Viviana Canosa lanzó: “Yo me quiero hacer cargo ya de la gente”. En línea con su discurso claramente destituyente, la ex ministra de Seguridad planteó que “la gente no puede esperarnos a nosotros hasta el 2023”, por lo que “desde ahora tenemos que accionar y actuar frente a un gobierno que es un agujero negro”.
Por su parte, la diputada y ex gobernadora María Eugenia Vidal subrayó que “el Frente de Todos tiene que hacer un acuerdo entre sus miembros antes de exigirle un acuerdo a la oposición. Hace dos años y medio estamos esperando su plan económico. Esta crisis es el cuarto kirchnerismo”.
Más duro fue el radical Mario Negri. “Urge que el Gobierno ponga un torniquete a la crisis que creó. El país se desangra”, advirtió en su cuenta oficial de Twitter. Y agregó: “Le repito al FdT: dejen de empujarse y de lanzar globos de ensayo. Discutiremos todas las leyes en el Congreso, pero primero tienen que tener un plan de estabilización. JxC no va a cogobernar”.
En tanto, un alto funcionario con despacho en la Casa Rosada deslizó en las últimas horas que “la oposición y el oficialismo tienen que bajar los decibeles de la confrontación. Tenemos que sentarnos todos y discutir para ponernos de acuerdo en un conjunto de medidas para definir qué modelo de desarrollo productivo queremos. Ya lo dijo Cristina (Kirchner) que está hablando con todos. Tenemos que tranquilizarnos para que baje el dólar y este clima de expectativas que no ayudan a nadie”.
En este contexto, la presión para que la ministra de Economía Silvina Batakis habilite la devaluación, es total. Pero su inacción, que hasta el momento no anunció ninguna medida y sólo se basó en anuncios de posibles anuncios, exaspera tanto a los socios del Frente de Todos como a la oposición, que ya salió a marcar un límite a las posibles negociaciones con la Rosada.
Por su parte, Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales le advirtieron al Gobierno que si quieren un acuerdo para salir de la crisis lo deberán presentar en el Congreso.
El jefe de gobierno porteño y el gobernador de Jujuy, dos de los principales dirigentes de Juntos por el Cambio, salieron así a replicar las versiones sobre un posible llamado de la Rosada a la oposición para resistir luego de más de 10 días de corrida del dólar blue, que ayer trepó a los 318 pesos.