Esa cueva infecta que todo el día alimenta sin cesar la grieta, se cobró otra jornada de desquicio al aire durante la toma de juramento y asunción del ex titular de la Cámara de Diputados y ya ministro de Economía, Sergio Massa.
Sin poder ocultar el resentimiento que los embarga, los dos operadores destilaron odio sin parar en La Nación +M contra quienes hasta hace cinco minutos le lamían la bota sin pudor.