Mientras el Frente de Todos cierra filas en apoyo de Cristina, no descartan un indulto en caso de ser condenada

Como pocas veces desde 2019, en los últimos días el Frente de Todos se mostró sólidamente unido en el respaldo a la vicepresidenta Cristina Kirchner, lo que se consolidó ahora a partir de los pedidos de prisión e inhabilitación pública de por vida por parte del fiscal Diego Luciani en la causa Vialidad.

Y más allá del respaldo institucional por parte de la coalición gobernante, una vez que se conoció el pedido de proscripción y cárcel para CFK, como cierre del patético show montado por los fiscales, miles de personas llegaron hasta el frente del edificio donde vive la vice.

Mientras tanto, una alta fuente del Gobierno dijo al portal La Política Online (LPO) que Alberto Fernández analiza “seriamente” indultar a Cristina en caso de ser finalmente condenada. Se trata de una herramienta legal del presidente que suele aplicarse luego de una condena y que no requiere que el beneficiado la acepte.

La vicepresidenta no está de acuerdo en ser indultada, como de hecho propuso tiempo atrás el ahora opositor Miguel Pichetto. Pero según LPO, Alberto podría imponerle el perdón de la pena -no de la culpabilidad- por razones de “paz social”, ante el temor de que una escalada de confrontación política avance en caso de condenarla, lo que en el kirchnerismo leen como un intento de un sector de la justicia de “proscribirla” en las elecciones del año próximo.

Anoche, la sensación generalizada entre referentes del oficialismo y algunos de la oposición era que, esta vez, la persecución y el burdo lawfare montado por una justicia afín al macrismo con la complicidad de los medios hegemónicos, había dado un paso en falso.

Es que el peronismo, en su conjunto, encontró en este episodio la uniformidad de la que había carecido durante dos años y medio de gobierno, pero la reacción excedió al Frente de Todos: Cristina Kirchner recibió apoyos inesperados desde otros sectores políticos, y el efecto puede volver como un bumerang a impactar en la desordenada interna opositora.

Por eso la reacción fue masiva, amplia, sin fisuras y tuvo alcance internacional. La ola de apoyo político a CFK, que había arrancado el fin de semana, con un comunicado de 509 intendentes de todo el país, fue creciendo con el correr de las horas.

El presidente Fernández no solo hizo un comunicado oficial, sino que mandó a que los dirigentes de su círculo más cercano manifestaran su apoyo, incluso al secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello. Sergio Massa hizo lo propio. Gobernadores, legisladores y hasta la CGT y el Movimiento Evita dieron un paso al frente.

Y el paquete barrio de la Recoleta se convirtió anoche en un inesperado escenario de fervor popular que los memoriosos asociaban a lo que allá por 1972 fueron las movilizaciones frente a la histórica casa de la calle Gaspar Campos, en Vicentel López, que habitó Juan Domingo Perón cuando llegó al país después de un obligado exilio de 17 años.

Precisamente, ante este panorama, en Juntos por el Cambio sobrevuela el temor de que este sobregiro termine no solamente consolidando la posición política de CFK en el peronismo, sino que también se le pueda volver en contra a la oposición, justo cuando esa interna está al rojo vivo.

“Anoche, Cristina empezó su carrera hacia su vuelta como presidenta”, deslizaba con entusiasmo un dirigente cercano a la vice. El tiempo lo dirá.