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24 febrero, 2025
PAÍS

Lejos de aplacarse, la guerra entre Bullrich y Larreta se profundiza y ninguno quiere dar el brazo a torcer

Si algo quedó demostrado en la nueva cumbre de Juntos por el Cambio es que, lejos, muy lejos de calmarse las aguas, la tormenta no sólo se profundizará, sino que la salvaje interna que por estas horas tiene como protagonistas centrales a Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, será cada vez más descarnada, porque está claro que ninguno de los dos dará el brazo a torcer.

Ayer, durante un tenso almuerzo en un restaurant porteño, en el que no faltaron los gritos, insultos y acusaciones cruzadas, se rompieron los propios códigos que los referentes de la coalición opositora habían establecido. Es que la cuestión central tenía que ver con la supuesta debilidad del jefe de Gobierno porteño ante la presencia de manifestantes frente al edificio donde vive Cristina Kirchner, y los reproches de la titular del PRO por lo que consideró la falta de respuestas más efectivas o mano dura ante una situación que, para ella, se le fue de las manos a Larreta.

Según la periodista Alejandra Dandan hoy en Página/12, “el pase de facturas por lo que se hizo y no se pudo hacer durante el gobierno de Cambiemos fue uno de los tópicos de la discusión. Bullrich de un lado. Larreta del otro. “Es mentira”, le reprochó el jefe de gobierno porteño cuando ella volvió a decir aquello que repitió en todo set televisivo que tuvo a mano estos días: que su mano dura frenó la calle. “Nosotros no pudimos parar la movilización”, le dijeron. Y Larreta agregó, palabras más, palabras menos: “Escuchame una cosa, cuando vos hacías lo que hacías mientras estabas en el ministerio de Seguridad, yo no iba a hacerte un piquete a los canales de televisión, salía y te respaldaba”.

Hubo pase de facturas, discusión subida de tono y en el larretismo quedó la sensación de que hay una bomba que nadie puede domar. Terminado el almuerzo decidieron que sólo Vidal debía dar el parte a la prensa que ansiosa en la vereda. Ella lo hizo. Salió y dijo: “Ella dio su opinión y el tema es un tema terminado”, en referencia a las críticas de la Presidenta del Pro. Pero Bullrich decidió otra cosa. Dejó todas las heridas abiertas. En el espacio sugieren que hasta ella misma buscó la luz de las cámaras. Y ahí dio propia versión: “Mantuvimos nuestra posición”.

– Eso es lo que tenés que hacer ahora vos -le exigió-. No podés andar criticándome en todos lados”, lanzó Larreta. Y la respuesta de la ex ministra de Seguridad no dejaba margen para la duda: -Tenés que ir y cagarlos a palos- dicen que dijo. “Ponele, balazo de goma, corchazos, represión”.

Cerca de Larreta creen que su jefe salió bien parado después del fin de semana, porque aseguran que consiguió que el kirchnerismo tenga que negociar horarios y modos de la manifestación, con la consiguiente liberación de las calles. Algo que se cumplió, con matices, desde la noche del sábado.

Bullrich, por su parte, no abandonó su postura a favor de la firmeza. Para ella, no ceder ante el kirchnerismo es una característica indispensable a la hora de gobernar. Según su postura, si la militancia pro Cristina logró que el Gobierno porteño sacara las vallas, también le impondrá límites a una eventual gestión de Larreta en la Nación.

“Para nosotros es un tema terminado”, dijo María Eugenia Vidal, siguiendo el libreto sobre lo que debía decir al término del almuerzo cuando enfrentara al periodismo. Y siguió: “Ya discutimos todo lo que tuvimos que discutir. Las discusiones internas del partido no son de interés público”.

Sin embargo, y ahí fue cuando Bullrich decidió romper los códigos y cortarse sola, también se detuvo frente a los micrófonos, y eligió ser su propia vocera: “Hemos estado deliberando cuáles son las miradas y cómo tratar asuntos como el que se dio el fin de semana –dijo y sentenció–: Mantuvimos esta posición”.

Y aprovechó para recomendarle a Rodríguez Larreta que se haga responsable de las decisiones que adopta, por ejemplo, en cuanto a mantener o no el vallado en las inmediaciones de la casa de la vicepresidenta.

“Damos por cerrado este hecho y hemos decidido que cuando el Gobierno de la Ciudad toma medidas, previas consultas a todos nosotros respecto al apoyo que necesita, debe mantener la decisión tomada; en caso contrario, lo que tiene que hacer el Gobierno de la Ciudad es no preguntar y de esa manera podrá tener la decisión de hacerse cargo de las decisiones que toma”, dijo la titular del PRO.

Incluso, subrayó que, de esa forma, cuando Rodríguez Larreta adopte una medida en el marco de su gestión será “su decisión y no la decisión de todos”.

Por lo tanto, quedó claro que Bullrich salió, buscó y habló, decidida a romperlo todo, porque quienes la conocen dicen que desde el fin de semana último está con su ego herido, ante el no previsto protagonismo de una Cristina Kirchner que, gracias al fiscal Diego Luciani, logró recuperar el centro de la escena política.

Y como si fuera poco, CFK decidió salir a confrontar con Rodríguez Larreta, justamente el principal contrincante de Bullrich en la interna de los presidenciables para el año próximo. “A Bullrich, Cristina ni la nombró”, dicen en el espacio. Eso alarmó a la ex ministra que sigue decidida a seguir en carrera, pese a que quieren sacarla del juego. Pero esa situación, aparentemente la noqueó.

 

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