Tanto Néstor como Cristina Kirchner nunca adelantaron la estrategia política. La candidatura presidencial en el 2007 cuando todos apostaban por la reelección de Néstor, su fórmula junto a Amado Boudou en 2011, su jugada de conformar Unión Ciudadana en el 2017 y la fórmula con Alberto anunciada a través de un video en las redes. Más allá que algunas jugadas salieron bien y otras no tanto, la última sirvió para mandar a su casa a Mauricio Macri.
El diputado nacional Máximo Kirchner aseguró ayer que hoy el peronismo no tiene candidatos firmes para el 2023 y paralelamente negó una posible candidatura de la vicepresidenta: “Creo que Cristina no va a ser”. Por su parte, desde el PRO más ligado a Horacio Rodríguez Larreta creen que una candidatura de Cristina llevaría a una de Macri, por lo cual saldría perjudicado el jefe porteño. Lo peor, dicen, es que ella anuncie que será candidata y luego se baje cuando se oficialice la de Macri y busque una fórmula más centrista.
Que decisión tomará la vicepresidenta nadie lo sabe. Un importante referente del peronismo, recordaba a quien esto escribe, la jugada magistral del general Perón en 1962 durante su exilio en Madrid.
Perón se había decepcionado con el presidente Frondizi, luego del pacto firmado por Cooke-Frigerio para las elecciones de 1958. En aquel pacto, el peronismo se comprometía en votar a Frondizi y el peronismo dejaría de estar proscripto, se terminaría con la represión a los sindicatos y trabajadores y Perón podría regresar a la patria.
Nada de eso sucedió. Frondizi lanzó el Plan Conintes que se encargó de reprimir las huelgas sin garantías constituciones con la participación de las fuerzas armadas y, aunque autorizó al peronismo a participar de elecciones con neolemas, no se le permitió el regreso de Perón.
El 18 de marzo de 1962 había elecciones para gobernador y legisladores en todo el país. El principal debate se daba en la provincia de Buenos Aires.
Frondizi estaba convencido que el peronismo en Buenos Aires presentaría varias fórmulas con lo que sus votos se diluirían y con ello le permitiría triunfar a su partido. El argumento parecía lógico pues en el verano de 1962 decenas de candidatos viajaban a España para entrevistarse con Perón y obtener su aval. Un dato interesante es que casi todos los candidatos proponían llevar al gremialista Andrés Framini, dirigente textil como candidato a vice gobernador por su predica en el sindicalismo peronista. Perón que estaba preocupado por la dispersión del peronismo en la provincia mandó a llamar a Madrid al dirigente Framini y le comentó: “Mire Andrés, a usted lo quieren llevar de caballo y los demás quieren ser jinetes, porque ninguno quiere ser vice, todo quieren ser gobernadores pero yo lo voy a poner de jinete y vamos a ver quién va ser el caballo”.
Perón anunció el 26 de enero que la fórmula sería Framini-Perón. Era una jugada magistral porque todos los demás candidatos tuvieron que declinar la candidatura, ya que nadie podía oponerse a una fórmula que llevara a Perón. El gobierno no se preocupó porque sabía que cuando se inscribiera automáticamente sería proscripta y con ello se aseguraba el triunfo. Pero el general se había guardado el as de espada y horas antes de la inscripción sacó su nombre y puso al dirigente Marcos Anglada, con lo cual se aseguró que la fórmula no la vetaran y que el peronismo fuera unido tras un solo candidato.
El 18 de marzo el peronismo triunfo ampliamente en la provincia de Buenos Aires y en casi todo el interior del país. Las fuerzas armadas no lo toleraron y derrocaron al presidente Frondizi. Horas después asumiría el Dr. Guido y anularía todas las elecciones. El sueño del desarrollismo había terminado para siempre.
Me decía este referente histórico del peronismo que quizás sea la jugada de Cristina Kirchner. Jugar su candidatura, hacer que se bajen todas las fórmulas y a último momento jugar con otro candidato respaldado por ella.