La Sociedad Rural no perdona: A 79 años del Estatuto de Peón mantienen su odio al peronismo

Cómo todos los años, el presidente de la Sociedad Rural, en un acto colmado de figuras de la oposición, inauguró la exposición de Palermo con un discurso siempre en contra de las mayorías populares y a favor de ellos, los “dueños de la Patria”.

Frente a Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, José Luis Espert, Ricardo López Murphy, Diego Santilli y Jorge Macri, su actual titular Nicolás Pino se quejó que en los “últimos 80 años  los gobiernos han instrumentado pésimas políticas agropecuarias” y agregó que “esas malas políticas las pagamos todos. Nuestra producción está estancada, trabada, debilitada y, si las condiciones impositivas y macroeconómicas cambiaran, podríamos producir mucho más”. Luego atacó al Estado que según él actúa cómo  “socio desleal y forzoso, a través de impuestos confiscatorios, discriminatorios y distorsivos, que se van acumulando sin lógica ni sentido, en todos los niveles: nacional, provincial y municipal”. Y remarcó: “Lo hace a través del manejo del tipo de cambio, que obra como un instrumento de apropiación de la legítima rentabilidad del productor”.

Cómo era obvio, se opuso a las retenciones cómo “un impuesto pésimo”, además de “abusivo y discriminatorio” y pidió que las saquen y casi le faltó modificar el canto de Atahualpa Yupanqui: “las vaquitas son nuestras, las penas son de ustedes”.

Pasaron 80 años y el odio de la Sociedad sigue intacto hacia el peronismo. No pueden olvidar que el 18 de noviembre de 1944, el coronel Juan Domingo Perón promulgó el Estatuto del Peón que produjo el mayor rechazo de la oligarquía terrateniente. Una ley que otorgaba derechos al trabajador rural, modificaba las condiciones de trabajo para los asalariados rurales, que incluía descanso dominical, vacaciones pagas y alojamiento digno. Allí comenzó el odio del campo al peronismo.

Con su fino humor, Arturo Jauretche dirá: “Hay muchos tradicionalistas que propician el monumento al gaucho  pero se oponen al Estatuto del Peón. Es que una cosa es el gaucho muerto y otra el gaucho vivo”.