Aquellos que en los últimos días tuvieron como claro objetivo enrarecer el clima a dos meses de las elecciones de octubre, lo están consiguiendo: como reguero de pólvora, fueron capaces de instalar un estado de psicosis de tal magnitud, en medio de rumores sobre “saqueos”, que se llegó al extremo de que numerosos comercios bajaran sus persianas ante el temor de que aparecieran hordas de ciudadanos desesperados para arrasar con todo lo que tuvieran a su alcance.
Y mientras desde los medios hegemónicos no dejaron de fogonear durante todo el día la posibilidad de saqueos, casualidad o no, tanto Patricia Bullrich como Javier Milei aportaron su inmenso grano de arena para sumar confusión, pero, sobre todo, pánico al panorama, agitando los fantasmas de lo que fueron los trágicos hechos ocurridos en el 2001, y que fueron el principio del fin del gobierno de Fernando de la Rúa.
Esta mañana, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, aseguró que los episodios registrados en las últimas horas “no son espontáneos”, pero aclaró que todavía no tienen en el Gobierno “datos fidedignos” de quiénes están detrás.
“No son espontáneos, no es una casualidad. Si tuviera quién está detrás, hubiera empezado por ahí. Todavía no tenemos datos fidedignos que nos hagan decir: ‘Fulano o mengano son los responsables’”, marcó el ministro de Seguridad en una conferencia de prensa al llegar a la sede de su cartera.
“Alguien lo está incentivando, buscando alguna alternativa que nada tiene que ver con un saqueo, que es una vocación de generar un conflicto”, aseguró el funcionario al arribar a su cartera, que aclaró que “no hay preocupación” en el Gobierno “sino ocupación”.
Y agregó: “Lo que encuentran es un grupo de pibes con la vocación de robar, eso no es un saqueo, y los detenidos no la van a pasar bien porque el código es suficientemente duro”.
En la misma línea, el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, dijo que se registraron “de manera coordinada varios intentos de robo en diferentes locales comerciales” de la provincia de Buenos Aires. También adelantó que habría por lo menos 36 detenidos por los hechos, quienes serán acusados por “intento de robo organizado”, y descalificó el presunto “bombardeo” de publicaciones en redes sociales “incitando a esta imagen de saqueo”.
De este modo, Berni negó el carácter espontáneo de los incidentes y subrayó que los agresores se desplazaban “en autos prácticamente nuevos”.
“Lo llamativo”, expresó, “es que durante el día empezó una campaña masiva en todas las redes sociales incitando a esta imagen de saqueo. Fue un bombardeo durante todo el día, pero no hubo incidentes”.
Y anunció que en las próximas horas habrá una reunión con “fiscales federales y autoridades de la provincia, para actuar coordinadamente para que este delito sea calificado con la mayor gravedad que son los 15 años porque es incitación al robo, e inclusive usan menores para que roben cigarrillos y bebidas alcohólicas”.
En tanto, anoche Patricia Bullrich, en TN, planteó “el Gobierno tiene que ordenarse y, si necesita algo porque esto se desborda, tendrá que llamar al Congreso y pedir medidas más drásticas. Si se pierde total y absolutamente el control, el gobierno tiene que llamar a pedir el estado de sitio. Hoy todavía no lo sabemos, pero tiene que tener todas las hipótesis de lo que puede llegar a suceder”.
Y lanzó que “el caos se combate con orden. En este momento, si no existe un mecanismo claro e institucional, y no hay una fuerza policial que pueda acudir a los pocos minutos a los supermercados, la situación se puede desmadrar”, alertó.
Quien obviamente se sumó a esta escalada tendiente a enrarecer el clima, fue Javier Milei. Desde su cuenta de Twitter, el líder de La Libertad Avanza escribió: “Es trágico volver a ver luego de 20 años las mismas imágenes de saqueos que veíamos en el 2001. Pobreza y saqueos son dos caras de la misma moneda. La Argentina no resiste más este modelo empobrecedor que se sostiene por la fuerza de quienes viven a costa del esfuerzo de los argentinos de bien”.
Como una postal de lo que pueden generar los mensajes temerarios y la incitación a los robos, ayer numerosos comercios en la Ciudad de Buenos Aires, como así también en el Conurbano y distintos puntos del interior del país, bajaron sus persianas, y se mantuvieron en un auténtico estado de alerta ante la posibilidad de saqueos que, finalmente, no se produjeron.
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Vamos MASSA Presidente!!!