El acto convocado por la diputada Victoria Villarruel, candidata a vicepresidenta de Javier Milei, que combinó un homenaje a víctimas de Montoneros y ERP con un espíritu negacionista de los crímenes de la última dictadura, generó una movilización de organizaciones de derechos humanos y partidos políticos en repudio a este tipo de expresiones, al tiempo que cuestionaron a la Legislatura porteña por avalar el acto que buscó instalar “nuevamente la teoría de los dos demonios”.
La actividad, organizada Villarruel y la legisladora porteña de La Libertad Avanza (LLA), Lucía Montenegro, transformó el ritmo habitual del Parlamento porteño, donde se impidió el acceso al salón en el que transcurrió el encuentro a medios periodísticos, lo que motivó el reclamo de los trabajadores y trabajadoras de prensa que quedaron custodiados por personal de seguridad.
Asimismo, se registraron momentos de tensión dentro y fuera del edificio legislativo con los manifestantes que intentaron derribar el vallado dispuesto por la Policía de la Ciudad en las inmediaciones del Palacio, y con militantes del Frente de Izquierda que realizaron una protesta en el hall de ingreso al salón Dorado, con leyendas como “El negacionismo es fascismo” y “Fue genocidio, no guerra”.
Al intento de la diputada, que suele negar el terrorismo de Estado y decir que la Argentina vivió una guerra durante los años ‘70, los organismos de derechos humanos, los sindicatos, los partidos políticos y los movimientos sociales le respondieron desde la calle como lo hicieron las Madres cada jueves en la Plaza de Mayo. “Estamos aquí para que no se falsee la verdad histórica ni se ofenda la memoria colectiva”, respondieron desde un documento leído a un costado de la sede del Palacio Legislativo de la Ciudad.
El acto, en rigor, fue organizado por el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), del que Villarruel es presidenta honoraria, y tuvo como oradores a Lorenza Ferrari, Graciela Saraspe y Arturo Larrabure.
“Aquí vivimos en un relato eterno, sin embargo, en la década del 70 organizaciones armadas causaron miles de víctimas”, dijo Villarruel durante su exposición en la que agregó que “durante años, las víctimas del terrorismo fueron desaparecidas de la memoria, se las negó”.
Eso sí, Villarruel se cuidó de no hacer mención alguna a la defensa de la familia militar de la que proviene y a la que defiende -mucho menos, a sus visitas a la cárcel a Jorge Rafael Videla, o al motivo por el cual Miguel Etchecolaz anotó su nombre en su agenda al momento del juicio en el que desapareció Jorge Julio López-.
En cambio, avanzó en agresiones a los organismos de derechos humanos: “¿Quién podría oponerse al homenaje a víctimas inocentes, si no fuera porque es cómplice o parte de los que ponían bombas que asesinaban a estos inocentes?”, acusó. “Los que impiden que nuestro dolor sea recordado son los que tienen las manos manchadas de sangre de nuestros seres queridos. Los que monopolizan el recuerdo en nombre del comunismo, el marxismo, Montoneros, el Ejército Revolucionario del Pueblo, de una revolución que nadie les pidió”, abundó.
La agresión se hizo más virulenta después del acto en el canal LN+, focalizada en Estela de Carlotto: calificó a la titular de las Abuelas como “un personaje bastante siniestro para nuestro país, porque con ese cariz de abuelita buena la realidad es que ha justificado al terrorismo, ha hecho política desde siempre, tiene a toda su familia colocada en el Estado. Puede sentir dolor por la muerte de su hija, pero tiene que contar que su hija era combatiente de Montoneros”, agredió sin acotación ni repregunta del periodista, que escuchaba asintiendo.
Entre el público resaltaron tres presencias: entre ellas, el cofundador de Revolución Federal, Leonardo Sosa, (investigado por el intento de asesinato a Cristina Kirchner), Delfina Wagner, la influencier libertaria vinculada a la organización del atentado contra la vicepresidenta, y Ximena de Tezanos Pinto, “la vecina de Cristina”. También varios exmilitares, esposas y viudas de militares, que celebraron el encuentro al grito de “¡Viva la Patria!”.
El bloque de Unión por la Patria, después de debatir cuál era la postura que iban a adoptar, emitió un comunicado en el cual sus integrantes repudiaron “enérgicamente cualquier expresión de negacionismo”.
“Resulta inaceptable que una institución fundamental del sistema democrático como la Legislatura porteña sea un espacio donde se reivindique a la dictadura y se llevan adelante acciones que buscan instalar nuevamente la teoría de los dos demonios, relativizando el genocidio perpetrado por el Estado argentino desde 1976 a 1983”, agregaron en alusión también a la decisión de las autoridades de la Legislatura porteña de permitir la actividad.
Mientras tenía lugar el acto en el centro porteño, la candidata a presidenta de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, se reunió en un hotel de Recoleta en el que presentó a su eventual equipo de gobierno en el caso de que ganar las elecciones. Una vez finalizada la presentación, fue consultada por la prensa sobre el acto que estaba realizando Villarruel y con incomodidad respondió: “Lo que haga ese partido es un tema que a nosotros no nos atañe”, opinó la ex ministra de Seguridad.
Luego, agregó: “Es una decisión de ellos pensar que eso es la prioridad de la Argentina, pero no. Para nosotros la prioridad es sacar a los argentinos de la situación de devastamiento en la que están. Nuestra política de derechos humanos es una política que discutiremos porque son esenciales para la vida de las personas, pero hoy están en este lugar: derecho humano a educarse, a comer y a tener progreso”.
1 comentario
A ESTA VILLARUEL HAY QUE SACARLA DEL PAIS ES UNA H.D,R..M.P